Por Gabriela Guevara
En la seguridad se agazapan los peores miedos
las pesadillas más lúgubres rozan la realidad…
ese fino límite que los separa se desdibuja
en la irónica factura que la vida te cobra,
¡inoportuna, desubicada…!
Muchos años te esperé,
en ocasiones te incité…
hoy que ya no te pienso…
me quieres responder…
te veo venir fría, lánguida, oscura, maloliente…
Logro ignorarte mientras el sol me acompaña,
pero la noche siempre fue tu aliada
y con solo poner una mano en mi pecho
puedo verte; una vez más,
todas las pesadillas,
mutan en realidad…
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