Por Gabriela Guevara
Encontré tu alma habitando en un cuerpo frágil
agazapada tras tu sonrisa se escondÃa,
al tiempo que gritaba
tras los barrotes de tu mirada…
mis ojos se aferraron a ese grito y
ya no logro pensar sin escucharte
inconscientemente quede cautiva en tu mirada,
que robó mi alma en la distancia
hoy estoy con mi cuerpo coexistiendo
mientras mi sombra te recorre, te busca, te siente
te desea…
Tus labios se transformaron en mi mayor ambición
tus mano en objeto de mi devoción
y tus ojos en los culpables de mi perdición.
Imagen: Anabel Saldaqui
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