Sebastián d’Albuquerque
Ninguna explicación vale, ningún sentimiento dura.
Es el silencio el redentor que siempre nos espera, tan dulce y apacible.
Mientras las hojas bailen, todo lo que pueda ser dicho de mí
son durezas en algún cuerpo, salvo mis huesos que son del tiempo;
porque mi muerte los espera.
Es el silencio tesoro y calma universal sonriendo sin máscaras.
Imagen: Marcos Villalva
0 comentarios