Prometo Cuidarte

Compartir

Por Daniel Os

Prometo no volver a abandonarte. No sé cómo la habrás pasado cuando no estuvimos juntos pero yo me sentí perdido y, para peor, sin poder hablar con nadie.

Pasé días desesperados, con síndrome de abstinencia, te recordaba hasta cuando quería saber la hora… es que llegaste a serlo todo para mí. Ayer me animé y salí a buscarte. Tenía tanto miedo de no encontrarte como de sí… diferente… o con otro. Ingenuamente comencé a recorrer los últimos lugares donde estuve con vos, pregunté si te habían visto… era lógico que ya no estuvieras ahí.

Por mi cabeza pasaron mil cosas, desde recuerdos tuyos hasta tratar de imaginar cómo continuaba mi vida. ¿Reemplazarte? Por ingrato que te resulte, te confieso que fue uno de los pensamientos que más forma tomaron en mi mente. Cuando pensaba que con nadie podría tener el pasado que tuve con vos, me consolaba en que puedo apostar a un futuro con quien fuera a ocupar tu lugar en mi vida, que todo dependería de mí y de cuánto vaya a cuidar, juro que como nunca antes, a quien me dé todo lo que solías darme.

Admito que, sin embargo, eran pensamientos atolondrados, interrumpidos entre sí y por la esperanza de encontrarte y conseguir que todo volviera a ser como antes. Por las noches te intentaba olvidar entre compañías y bebidas ruidosas, evitaba pensar en tu ausencia y tener que hacerle frente al desconsuelo. Por mucho que intenté esquivar tu recuerdo, terminé agotando todas las opciones y me acosté resignado a lamentar nuestro fin.

Habían ya pasado días de silencio e incertidumbre y no podía más que mirar el techo; estaba todo tan recién sucedido que, francamente, ni pretendía poder conciliar el sueño. Di vueltas en la cama, desarmé sábanas, frazadas y di mil codazos a la pared. Prendí y apagué la radio docenas de veces hasta que, sé que no fue un sueño, te sentí a mi lado.

Acaricié tu cuerpo apagado, sentí tus formas, tu suavidad, tus botones, tu olor a plástico y tu vidrio helado. Te volví a enchufar el cargador y prometí no volver a salir sin mi celular en el bolsillo.

Imagen: Inés Vergottini

Commentarios de Facebook

0 comentarios

Ceres Elementos Naturales
borde gris top
Contenido relacionado
Contenido relacionado
Tantos amores libres

Tantos amores libres

Mi amiga Chang tenía ahora una pareja formal, de aquellas que van a las comidas familiares de Navidad, y ya no quería ni oír hablar de nadie más. Me lo dijo en un pequeño local de comida tailandesa en Berlín, mientras veíamos la ciudad oscurecer a través de una gran ventana. Hacía un año que no nos veíamos.

Amor, felicidad y subversión

Amor, felicidad y subversión

Por Laia Font   Me topé con la definición de amor de Gueshe Kelsang Gyatso, un reconocido monje budista, y me pareció genial: ‘’El amor puro no está mezclado con el apego y nace del deseo de que los demás sean felices; nunca causa problemas, solo proporciona paz...

Miedo en la sangre

Miedo en la sangre

Por Zenaida Ferrer   Episodio 1 Trabajaba mucho realmente y lo que ganaba apenas resolvía el sustento de su  numerosa familia. Se sabía fuerte y apetecible y le gustaba disfrutar del sexo y de la bebida, pero… el dinero no alcanzaba y, como un látigo desenfrenado, la ...

Éramos una

Éramos una

Por Laura Charro Cuando todo empezó hubo un breve chaparrón en el silencio de la noche que casi nadie escuchó. La gente dormía y nosotras no. El olor a palo santo inundaba la sala, la luz era tenue, provenía de una lámpara de sal. Había mochilas, bolsas, almohadones y...