Entrevista a Mónica Santino
Por Nadia Beherens
Mónica Santino es la mayor referente del fútbol femenino en Argentina. Su trayectoria va desde ser pionera en el activismo por la diversidad sexual, jugadora de fútbol federada en la AFA y directora técnica. Su trabajo actualmente consiste en derribar las fronteras del género en el deporte entrenando jugadoras en La Nuestra Fútbol Feminista en la Villa 31. En esta entrevista hablamos de la organización, del barrio, de la comunidad, del deporte y las verdaderas necesidades y urgencias.
Esta nota forma parte del proyecto “Iconos LGBTT+ de Argentina” del programa de formación “Comunicar Diversidad”, en colaboración con Wikimedia Argentina. |
¿Qué año nace La Nuestra?
La Nuestra nace exactamente el 6 de noviembre de 2007 por invitación de una entrenadora estadounidense, Alison Lasser, que estaba haciendo su tesis como socióloga a través de una beca en ese momento en Buenos Aires y estaba volviéndose a Estados Unidos al día siguiente. Nos habíamos conocido en julio de ese año en los Juegos Evita. Yo venía de dirigir un equipo de un programa de fútbol femenino de la Municipalidad de Vicente López, lo que en ese momento se llamaba Centro de la Mujer y hoy es la Dirección de Género y Diversidad Sexual. Ese programa nos llevaba a trabajar en las zonas más pobres, las zonas de fronteras con el partido de San Martín. Y el fútbol era la gran excusa para convocar a adolescentes, jóvenes, mujeres adultas y trabajar cuestiones de derechos; era un programa que tenía acompañamiento de trabajadoras sociales. Esa fue mi formación como feminista vinculada a ser directora técnica de fútbol. Al ser exfutbolista, nos conocemos con Alison quien me cuenta de un grupo de 15 adolescentes que se entrenaba en la Villa 31 y quería que alguien se quede con ese grupo.
Así que llegué a Güemes sola esa tarde del 6 de noviembre de 2007 a conocer formalmente a las chicas que estaban despidiendo a Alison, muy tristes escribiendo en un papel afiche frases y dibujos para ella. En esa cancha de Güemes que era completamente de tierra, con cascotes, con vidrios, sin tribuna, sin alambre alrededor y no todas las casas que hay ahora en ese sector del barrio, estaba un poco más despoblado a la vista. Pero llegué así un poco porque tenía una idea bastante, si se quiere, romantizada con respecto a la Villa 31 y su organización, y del padre Mugica, asesinado en plena época de la Triple A antes del comienzo de la dictadura. Entonces un poco por esa película en la cabeza, un poco porque me estaba haciendo cada vez más fuerte, más empoderada como directora técnica, a través del programa de fútbol del Centro de la Mujer en Vicente López y, por ganas de seguir ampliando a los demás barrios, me decidí a aceptar su propuesta y a empezar a ir al barrio. Así que ese día no me imaginaba, pero ni de casualidad, todo lo que iba a pasar después, ni de la manera en que íbamos a crecer, ni de la manera en que nos íbamos a organizar, ni que iban a llegar tantas compañeras desde distintos lugares, ni esta cosa hermosa que pudimos armar en el barrio como organización.
¿Qué cosas importantes ocurrieron en La Nuestra en el último tiempo?
La Nuestra ya lleva 16 años en la villa 31 y no sé muy bien cómo definir el último tiempo. Si creo que por lo menos los últimos años nos hizo explotar en cantidad de jugadoras, de compañeras que se acercaron al proyecto para entrenar y que me parece que el crecimiento más grande se da en las más niñas. Un grupo que en los orígenes de La Nuestra prácticamente no habíamos mirado y que hoy constituye el grupo más numeroso, las que están entre los seis, los diez y los doce años. Creo que eso tiene una explicación en lo que pasó con el fútbol femenino en Argentina, con haber logrado entrar en agenda del movimiento de mujeres el derecho al juego y lo que el fútbol significa, y mirar el cuerpo desde otras perspectivas. Todo lo que pasó con el feminismo en Argentina en los últimos años, la visibilidad, la transmisión de partidos por señales del Estado a las que la mayoría de la población tiene acceso, como la Televisión Pública, o DeporTV quizás en menor término, pero hay un acceso a esos medios de difusión. De la clasificación de la selección argentina a dos mundiales consecutivos, eso en el mundo competitivo. Y lo que pasó culturalmente con el fútbol, la visibilidad, el hoy recorrer espacios públicos en la ciudad de Buenos Aires y encontrar muchos padres pateando con niñas, ir a canchas de alquiler y observar que la mitad de las canchas están usadas por mujeres o rentadas por mujeres, grupos que salen de trabajar y van a jugar a la pelota y que se transformó también en un espacio de encuentro para muchas de nosotras.
Creo que lo mejor para afuera del barrio es haber puesto un granito de arena en esa potencia de visibilidad que se empezó a tejer en los encuentros nacionales, antes de mujeres, ahora de lesbianas, travestis, trans, mujeres, plurinacional. Con haber insistido muy tercamente en contra turno de los talleres oficiales del Encuentro armar una cancha de fútbol en espacio público y llamar a eso Encuentro Nacional de Jugadoras de Fútbol y que cualquiera pudiera venir a jugar y después quedarnos reflexionando. Y que a partir del 2018 en el Encuentro de Trelew, Fútbol y Feminismo forma parte de la grilla de los talleres oficiales del Encuentro. La Coordinadora de Fútbol Feminista que nace para ese año, una suerte de juntanza enorme entre áreas de género de clubes, periodistas, futbolistas y directoras técnicas.
También no haber bajado nunca los brazos en la pandemia, que fue el tiempo más duro en esos ocho meses sin entrenar, que casi nos reconvertimos en una organización que se dedicó a asistir con alimentos y artículos de limpieza, yendo una vez por semana al barrio en el peor momento y que ese vínculo no se cayera, retomando los entrenamientos a fines del 2020, principios del 2021 con muchos recaudos y que hoy seamos un cuerpo técnico de 17 compañeras. La mitad de ese cuerpo técnico, compañeras que habitan la Villa 31, que es su lugar, que es su casa y que entrenaban con nosotras cuando eran más chicas y hoy son entrenadoras de otras, entrenadoras de arquera, entrenadoras de las más chiquitas, entrenadoras de las cadetas. Creo que todo eso es de lo mejor. La instalación política, como sujetas políticas, parándonos a pelear derecho desde el fútbol.
Lo que pasó con los encuentros, esa visibilidad, el cuerpo técnico que tenemos y ser hoy una referencia para el fútbol y el feminismo en el barrio, en el país y también internacionalmente. La Nuestra logró a través de redes con otras organizaciones en el mundo, conseguir apoyos financieros y también políticos para, por ejemplo en este momento, estar llevando adelante un programa que se llama Hagamos La Nuestra Latinoamérica para pensar cómo institucionalizar todas estas prácticas y empezar a fundar nuestros propios clubes con conducción feminista.

¿Quiénes forman parte del club actualmente? ¿Cómo son las actividades?
Del club formamos parte casi 200 jugadoras en cancha. Ese cuerpo técnico que explicaba de 17 dando clase por grupos en estas categorías: Minis, Sub 8, Sub 10, Sub 12, Cadetas, Juveniles y Adultas, o sea mujeres desde los seis años hasta los 50. De a dos o de a tres. Dos entrenadoras de arqueras. Una educadora popular. Y pensando en cómo conformar un gabinete interdisciplinario para atender todo lo que tenga que ver específicamente con la violencia de género y montones de cosas que nos enteramos de cómo interactúan las pibas con sus familias, todo ese abanico que se abre muchas veces de violencia, que por ese lugar que tenemos de entrenadora y de cercanía con muchas jugadoras, se genera un tipo de confianza, un lugar donde las pibas saben que pueden circular su palabra. Y muchas familias también. Los entrenamientos, que son dos veces por semana, martes y jueves de 18 a 20hs y las competencias deportivas los fines de semana. En 2023 participamos en el Torneo LIFEBA, que es una liga de clubes parroquiales y de organizaciones sociales, una liga barrial que se juega fuera de la Villa 31. Nosotras usamos para jugar de locales el Polideportivo Lucía Cullen – Padre Mugica, que está cerca del barrio Saldías, al final de la Villa 31. Y después un torneo interno, el torneo Carlos Mugica, que es de organizaciones deportivas del barrio. Eso demandó trabajar también sábados y domingos. Sábado LIFEBA y el domingo mayormente las fechas del torneo interno del barrio. Talleres de educación sexual integral que han llevado adelante algunas compañeras que forman parte de este cuerpo técnico: Luciana Martiarena y Alejandra Clavijo, que intentaron seguir pensando darle forma a algo que tenga que ver con la comunicación. Eso creo que va a ser un proyecto que vamos a intentar saldar el año que viene porque no pudimos hacerlo, la continuidad de La Nuestra TV o pensar algo escrito que podamos sacar una vez por mes a modo newsletter o alguna cuestión por el estilo y que no se reduzca nuestra comunicación únicamente a las redes sociales en las fechas importantes o ante eventos o de alguna coyuntura. Eso es algo que seguramente el año que viene vamos a poder plasmar. Son inmensas las actividades, sostener todo esto es un montón, pero bueno, por ahí vamos.
Pensando desde la actualidad política y el contexto que atraviesa nuestro país. ¿Qué pensamientos te nacen sobre lo que ocurre con este gobierno?
Los primeros pensamientos que me nacen es que es un gobierno democrático, es un gobierno elegido por una mayoría importantísima en este país. Entonces lo primero que pienso, con tristeza, con dolor es, justo cuando celebramos 40 años de democracia, cómo la mayoría de la población elige un gobierno de estas características. Me parece que el Decreto de Necesidad y Urgencia fue una gran puesta en escena, una maniobra política para empezar pisando fuerte. Algo así como: “nos votó el 56% de la población, entonces lo que queremos hacer lo vamos a hacer rápido” y esto es una demostración de poder. Todas las leyes que se supone van a derogar son de una manera inconstitucional, porque no es viable por ningún lado que sea urgente que los clubes se transformen en sociedades anónimas deportivas. No es viable de urgencia muchísimas cosas que se dicen en el Decreto. Por otro lado, tenés a los enormes grupos de poder económico que siempre han impuesto o la mayoría de las veces, sus condiciones en Argentina, salvo en algún tiempo democrático, donde se intentó balancear un poco la balanza. Y para mí esos fueron los gobiernos peronistas, los de Perón y los tiempos de Néstor y Cristina. Creo que hay ahí un combo como de vuelta entre la dictadura militar y el menemismo. Y la verdad que tengo 58 años y todo eso me asusta y me preocupa. También porque tengo hijas y tengo familia y veo como sobre todo los derechos que están vinculados al trabajo pueden ser arrasados, por lo menos hay un intento de arrasamiento muy importante. Entonces tengo una mezcla de todo eso. No tengo miedo. Tenemos cantidad de compañeros y compañeras, tenemos organizaciones, tenemos memoria y tenemos historia. Y me parece que esos son los refugios y que ahora hay que estar en un tiempo de cuidado y atención. Después vendrá el tiempo de la organización o ya es el tiempo de la organización. Pero siempre con mucho cuidado. Lo que sí ya no quiero volver a repetir es llorar vidas o pensar que puede haber compañeros y compañeras muertos y muertas una vez más por la lucha de los derechos de las mayorías.
Fuiste una pionera en el activismo por la diversidad sexual ¿Cuáles pensás que son los principales desafíos en este contexto para el colectivo LGBTI+?
Creo que en este momento los principales desafíos para la comunidad LGBT es no perder ninguna de las enormes conquistas que hemos tenido en estos últimos 15 años. Ley de Matrimonio Igualitario, Ley de Identidad de Género. Y me parece que el desafío es cómo nos organizamos política y socialmente frente a estos ataques que seguramente vendrán, porque han logrado instalar socialmente que cualquiera de estas cosas o cualquiera de las políticas tendientes a preservar los derechos de las minorías es un gastadero de plata que no tiene sentido. Lo mismo hacen con los derechos humanos cuando hablan del curro de los derechos humanos. Entonces, que el Estado haya contratado una cantidad de compañeras, compañeres trans, las leyes que tenemos como la Ley Identidad de Género, que es un orgullo mundial, sólo en su redacción, cuando dice “cualquier forma de identidad de género o cualquier autopercepción merece ser respetada”. Eso creo que no existe en el mundo, una ley igual. Me parece que es momento de aglutinarnos, de dejar de diferencias por vanidades, por luchas de ego. Lo mismo pienso partidariamente cuando pienso en el peronismo, que se han cometido una cantidad de errores en ese sentido, por algo tenemos este presidente que tenemos. Entonces, me parece que volver a agruparse y dejar de pensar que las cuestiones de la diversidad o del colectivo LGBTQ+ no permean capas sociales, que son como un problema de las clases medias o clases altas y que en los barrios no importan estos derechos. Eso es una mentira infernal que debilita. Creo que hay que tener una mirada interseccional y que todas estas cuestiones atraviesan capas sociales, que debemos darnos el espacio para debatir, encontrarnos, dejar los teléfonos, dejar las redes sociales y volver a encontrar algo de verdad en todo esto, que es siempre la que nos ilumina. Por historia, porque tuvimos Frente de Liberación Homosexual en la década del 70, porque en los 80 nació la CHA, que el año que viene cumple 40 años y porque después tuvimos todo lo que tuvimos, una enorme militancia que encontró un tiempo político para poner estos valores traducidos en leyes. Así que esto, ni un paso atrás. Organizarse, escucharse y volver a estar con mucha presencia.
No tengo miedo. Tenemos cantidad de compañeros y compañeras, tenemos organizaciones, tenemos memoria y tenemos historia. Y me parece que esos son los refugios y que ahora hay que estar en un tiempo de cuidado y atención.
¿Qué opinás de que haya ganado Román la presidencia en Boca? ¿Qué simboliza en estos tiempos? Milei saca por DNU que los clubes están habilitados a ser sociedades anónimas. ¿Cuál es el origen de la urgencia por privatizar los clubes y por qué está buscando esto la derecha?
Que Román haya ganado la presidencia de Boca es un acto de justicia poética en todo sentido. Porque de admirarlo profundamente en las canchas, esa manera de jugar y esa manera de administrar el tiempo y el espacio que tenía en cancha Juan Román Riquelme, es un poco lo que hizo como dirigente. Y poner, no suena ni cursi lo superficial, poner el amor, el poder del amor por arriba de la justicia en contra, de los medios de comunicación, de la presión de la persona más mafiosa que conozcamos en democracia que es Mauricio Macri, en el club más importante del país, en el que tiene más arrastre, en el que lleva más hinchas. Sin ser de Boca, ponía la piel de gallina y daban ganas de ir a darle un abrazo a Román. Lo que Riquelme luchó, lo que el pueblo bostero luchó es una forma de organización que tiene que ver con el inicio, con el origen de nuestro deporte en los sectores populares. Los clubes tanto de fútbol, los clubes barriales, las sociedades de fomento son una forma de ser comunidad, es una forma de organizarnos, es una forma de ser una misma, uno mismo en muchos. Y creo que el corazón del ataque a los clubes y el viejo sueño de Macri de las sociedades anónimas deportivas, es pensar todo el deporte no como un derecho, sino como un negocio. Es ni más ni menos que eso. Y también un odio profundo a nuestra manera de organizarnos. Así como odian los sindicatos, odian al humo del chori en Avenida de Mayo cuando marchamos, odian cada vez que nos juntamos, odian los carnavales, odian las murgas, odian la cultura cuando se expresa colectivamente, odian el Teatro por la Identidad, odian el candombe, y odian el fútbol y odian las hinchadas. Odian el fútbol desde ese lugar, al fútbol lo quieren como la compra y venta de jugadores, con todo el desprecio que tienen por los futbolistas. El desprecio que manifestó por Riquelme es porque es un negro de Don Torcuato, de Pacheco, que es nada más que jugador de fútbol. Entonces hay ahí un combo de discriminaciones, una suma de odio de clase que en el fútbol se expresa como en ningún otro campo. Es un disparate poner sociedades anónimas deportivas en un Decreto de Necesidad y Urgencia, creo que expresa todo eso. Entonces, cuando defendemos a los clubes y a nuestras formas, clubes que no son anónimos, que tienen historia de cantidad de mujeres y varones, y que merecen en esta batalla incorporarle más feminismo y más perspectiva de género para democratizarlo más y robustecerlo como músculo político, es en definitiva seguir pensando el fútbol como acto maravilloso de solidaridad al aire libre, en donde todos somos necesarios, en donde no es todo comprar y vender. Donde por supuesto existe el capitalismo y existen esas formas para que algunos clubes puedan subsistir, sobre todo los que están participando en el fútbol grande. Pero después hay miles y miles de organizaciones a lo ancho y a lo largo del país que permiten que, por ejemplo, salga una generación campeona del mundo, no sólo en fútbol, sino en básquet, sino en tantísimos otros deportes. Y es la piedra angular de nuestro deporte y debemos seguir defendiéndola a capa y espada.
¿Cómo afecta este contexto a La Nuestra?
La Nuestra va a verse afectada como toda organización social en territorio, en tanto que las vidas se van a desorganizar y desajustar mucho más que antes. En el sentido de que nosotras no cobramos una cuota social, pero la piba que viene a entrenar al barrio, muchas, sobre todo las más adultas, estarán al frente de ollas populares, que va a haber menos tiempo para jugar, que va a haber que pensar cómo comemos. Y esto es algo que me angustia muchísimo. Creo que el primer cimbronazo grande que vamos a sentir va a ser ese y que nos tienen que encontrar de pie y que nos tienen que encontrar en el barrio como siempre, que martes y jueves las pibas nos tienen que encontrar ahí puedan venir o no, y tendremos que buscar las maneras de resistir lo que seguramente es un plan de hambre para la mayoría de nuestro pueblo. Hay que decirlo en estos términos y no estoy exagerando. Entonces el primer desafío es ese. Y el otro gran desafío es cuidarnos. Cuidarnos mucho de los ataques, de las hostilidades y de esos retrocesos que pueden significar que una verdad que se instala, que es muy de nuestro tiempo y creo que ahí los medios de comunicación tienen una cuestión clave, pensar que esto que se dice en cualquier lugar ya lo declaramos como cierto. No confundirnos, seguir produciendo conocimiento y seguir produciendo saber, seguir encontrándonos, seguir pensando que jugar es un derecho humano. No bajar ninguna bandera. Agruparnos como alguna vez nos agrupamos en la mitad de la cancha para decir que Güemes será nuestro martes y jueves de 6 a 8. Bueno, ahora llegó el momento de agruparnos a mitad de cancha para decir acá estamos, somos futbolistas, somos villeras, lesbianas, heterosexuales, madres, no madres. Estos son nuestros cuerpos, queremos jugar y nos merecemos un mundo mucho más justo que este que nos plantean.
Cuando defendemos a los clubes y a nuestras formas, clubes que no son anónimos, que tienen historia de cantidad de mujeres y varones, y que merecen en esta batalla incorporarle más feminismo y más perspectiva de género para democratizarlo más y robustecerlo como músculo político, es en definitiva seguir pensando el fútbol como acto maravilloso de solidaridad al aire libre, en donde todos somos necesarios, en donde no es todo comprar y vender.
¿Tienen una agenda para el 2024? ¿Algún festival, proyecto, ideas o planes?
En noviembre de 2023 un grupo de compañeras viajó a El Salvador, al Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, donde La Nuestra llevó su experiencia con el fútbol y al decir de las compañeras, fue un hermoso encuentro, fuerte, vital, potente. En Centroamérica, donde existen millones de hostilidades frente a los feminismos, cuando las compañeras estaban allá fue justamente el ballotage y el triunfo de Javier Milei. Entonces, escuchar voces de compañeras que hace muchísimo tiempo resisten en espacios sumamente contrarios y, como decía, hostiles desde todo punto de vista a los feminismos fue muy importante. Pensar en el tiempo de cada una, pensar en la organización, pensar en cómo resistimos estos momentos. Fue muy importante estar en El Salvador y eso fue un poco el cierre del año. Solamente pudieron viajar cuatro compañeras a ese encuentro. Vamos a sostener una última convocatoria que ganamos con el Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad de Nación, que es el proyecto de Escuelas populares Macachas y Remedios. Vamos a implementarlo entre marzo y abril y va a ser abierto a cualquier organización social o persona que quiera venir, con un programa que estamos escribiendo, que está vinculado a la historia del deporte, del feminismo, en cómo pensamos los entrenamientos feministas, cómo pensamos el cuidado del cuerpo, cómo pensamos nuestra historia, cuál fue la experiencia de La Nuestra en este sentido, cómo ese proceso está atravesado por la educación popular. Bueno, esa es una actividad que seguramente se va a desarrollar en ese tiempo. Sostener los entrenamientos, sostener los campeonatos. Quizás pensar en una forma de torneo de campeonato para las más chiquitas que no juegan tanto. Y todo lo que vaya surgiendo, nunca un año de La Nuestra es tranquilo, si bien puede haber un marco en el que pensamos que vamos a hacer estas cosas. Me falta sumar el Encuentro de Mujeres, que no pudimos estar en 2023 en Bariloche, un poco cuestión económica y un poco porque muchas están muy arrasadas en todo sentido, en la forma de usar el tiempo y poner el cuerpo. Pensar cómo llegamos a Jujuy en 2024 creo que también va a ser uno de los objetivos que nos propongamos, como también sostener talleres de educación sexual integral y seguir dándole una vuelta a lo que las pibas necesitan en el conjunto de practicar deporte y vivir en el barrio.
Hace unos años cuando te entrevistamos nos dijiste: “Venir acá los martes y los jueves es un compromiso con la vida y estar del lado de la vida.” ¿Nos podés dejar una reflexión final sobre esto?
Creo que ahora más que nunca pienso en que ir al barrio cada martes y cada jueves y todas las veces que tenemos que ir es estar del lado de la vida. No pienso que la vida sea trabajar en algún lugar únicamente por el sueldo y volver a casa, mirar tele, comer y volver a salir al otro día y que no te importe quién tenés al lado. Ir al barrio es que te importe quién tenés al lado, es que te importe mucho ponerte en los botines de la otra, entender lo que le pasa. Esa es nuestra manera de armar comunidad, como club que somos y como club que queremos ser todavía más grande y con un lugar propio. Entonces pienso que si pensaba en ese momento que era celebrar la vida, ahora pienso que celebrar la vida y pienso que también es defenderla. En este contexto, creo que es celebrar y defender, celebrar identidad, celebrar pertenencia, celebrar soberanía en un momento que nos quieren rifar como país y como sociedad. Cada martes y cada jueves será ir a la trinchera para defender todo esto. Celebrar, preservar, defender y seguir siendo una en muchas.
Fotos: Pablo Mehanna para Revista Furias.
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