Che varón

ELVA
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El 17, 18 y 19 de noviembre se realizó el 7° Encuentro Latinoamericano de Varones Antipatriarcales (ELVA). Un recorte de lo que fue desde la experiencia de sus organizadorxs y asistentes.

 

Che varón hetero, ¿en qué momento pensaste que el VIH no te interpelaba?

 

Por Lucas Fauno. Periodista, activista, puto, performer

 

Aquelarre marica, placer de lenguas filosas. No sorprendió en absoluto que mi taller sobre subjetividad y VIH sea mayoritariamente no hetero, al punto de naturalizarlo. En un momento entran tres varones que podemos leer fácilmente heteros (no puedo ni me interesa asegurar que lo sean), pero ante la observación del búfalo en el shopping les digo: “este es el taller sobre VIH”. Las caras empalidecen, se whatsapean, se levantan y se van. Y aunque la carcajada marica algo de esto lo disfruta, el trasfondo preocupa: ¿por qué alguien que se lee tan hetero piensa que esa actividad no la convocaba?

 

Y más allá de estos tres confundidos (de taller), ¿Por qué los varones no maricas no se compartieron en este debate? Ni por asomo pensaría que no vinieron ya que todos son militantes del uso del preservativo. Basta hablar con más de una piba y se escucha lo difícil que suele ser que la persona con pene se ponga un forro de buenas y primeras. Y claro, entre las relaciones entre personas con pene sucede parecido. Quizás como no estoy hablando de embarazos no se sientan convocados. Grave error.

 

El bicho no es heterofóbico, ¿Cuánto hace que no te testeás? Varón, yo te necesito informado si realmente queremos armar una red de contención y educación que nos haga crecer como sociedad. Quizás puedas atravesar toda una vida sin devenir VIH+, me alegro por vos mi reina, ahora: ¿por qué carajos yo como persona positiva tengo que lidiar con tu ignorancia y falta de interés? De la ignorancia nace la discriminación, no saber lo que implica que alguien sea positivo te prepara para ser un potencial expendedor de frases y acciones que seguro me van a lastimar. Y no me preocupa que me lastimes a mí, tengo el cuero bastante curtido, pero ¿Cuántas personas positivas conocés en tu entorno? ¿Por qué tan pocas? No es porque no las haya, porque no existan, no. Lo más probable es que las personas positivas que estamos tan cansadas de escuchar idioteces y vivir discriminaciones nos neguemos a compartirnos con alguien que ni siquiera “hizo la tarea” de informarse un poco.

 

La mayoría de las personas positivas que conozco son personas que no son varones heteros. No creo que esto pase porque no exista el varón hetero positivo, creo (estoy seguro) que no lo hablan. No se enuncian. No son parte de la estadística. Ese silencio viral nos daña como personas y como sociedad.

 

Che varón hetero, sos bienvenido a VIH-interpelarte. Posta. Va estar bueno compartirnos.

 

Te invito 2019.

 

Mi cuerpo, mi profesión

 

Por Juan Ejemplxxx y Brune Banks. Marikas prostitutas

 

A lo largo del encuentro percibimos la atención y los debates puestos en favor de la deconstrucción del modelo hegemónico de masculinidad cis-heterosexual, y si bien nos parecen discusiones necesarias, quienes oficiamos como talleristas somos maricas prostitutas, masculinidades no hegemónicas y nos convocó la necesidad de acercar la voz del Trabajo Sexual en primera persona desde la disidencia. No cancelamos esas discusiones, pero sostenemos que existen cuestiones más urgentes que nos convocan en lo inmediato, como la de alertar sobre el contexto de persecución que vivimos como trabajadores sexuales, las leyes que nos criminalizan y la confusión que hace el Estado entre nuestra actividad y la trata de personas.

 

Además de la legislación actual, también debatimos sobre conceptos como “privilegio”, “última opción”, “elección”, los cuales dieron pie para trabajar en la desmitifiación de ciertos estigmas en torno a la prostitución. Invitamos a pensar por fuera de la dicotomía “abolicionismo-regulacionismo”, debate que no incorpora nuestras voces y que sólo nos incluye como sujetxs pasivxs, no como sujetxs de derecho con capacidad de decidir. Pusimos énfasis en el ejercicio del derecho personal e invitamos a generar alternativas de enfoque del concepto de “víctimas”.

 

También nos detuvimos un largo rato en acercar el caso de nuestra compañera Malu López, referente de las trabajadoras sexuales de Mar Del Plata, presa desde hace un año por las políticas anti-trata e invitamos a lxs participantes a sumarse a una campaña que estamos preparando para pedir su absolución. Nos fuimos con nuevos lazos y redes para seguir activando en el futuro.

 

Ni bien se dio a conocer la noticia del taller, los sectores abolicionistas ya lo estaban repudiando, sosteniendo que se trataría de varones hablando sobre prostitución. Creemos que esa lectura fue claramente intencional, ya que convocamos desde la disidencia sexual y sentimos que eso fue reflejado en el nombre que elegimos para hacerlo: Marikas Prostitutas. Esta es apenas una pequeña manifestación de la feroz cacería de brujas que emprenden ciertos sectores dentro del feminismo contras nosotrxs cuando decidimos tomar la palabra sin apelar a discursos victimistas, sino empoderados.

 

Dentro del avance mundial de la ultra derecha, creemos que el fascismo también se cuela en ciertos feminismos e izquierdas que ayudan a institucionalizar la violencia que recibimos las putas, que reterritorializan prácticas policiales y nos ponen palos en la rueda cuando intentamos tomar la palabra como sujetas políticas.

 

Ante esta avanzada, proponemos mayor organización, mayor visibilización y participación en los espacios políticos para que nadie hable desde nuestro lugar, para que las políticas que nos atañen surjan desde nuestras propias inquietudes y necesidades y no de actores políticos que desconocen nuestras realidades.

 

Erotizar la política: de la impotencia normada a la disidencia posible

 

Por Marcos Villalva. Artista, Docente y militante independiente

 

El mundo que conocemos está muriendo, y la masculindad que detentó su hegemonía quiere arrastrarnos con él. La cultura patriarcal ha llegado a un punto de reconocimiento donde no hay proyecto político posible, y frente a su propia impotencia sólo queda lugar para la venganza contra el mundo que está por nacer. La democracia liberal colapsa, el fascismo es electo, y en ese escenario los varones hétero cis ya no tenemos lugar para escondernos. Se nos nota el privilegio, y a diferencia de cualquier otra expresión de la vanguardia política, el ELVA nos invita a perder: perder nuestro lugar de agentes de la desigualdad y perder, si logramos entenderlo, esta identidad en descomposición que habitamos.

 

“Hay una grieta en todo, es así como la luz logra entrar”. En el encuentro caminamos el terreno que nuestros padres y nosotros mismos hemos minado. Sobre el escenario al frente están las sujetas que se hicieron cuerpa sobre la historia bélica que patri-monializamos. Ellas hablan y marcan la distancia que nos separa; lo dejan claro: no somos nosotras las que vamos a recorrer ese camino. Algunos de nosotros, aún confundidos, buscamos apoyarnos una vez más en el trabajo reproductivo sobre el que se construyó la historia del capitalismo. “¿Está bien si vamos a las marchas?” No compa, no es sobre ellas que debe recaer la pregunta. La única salida que tenemos es la deconstrucción de nuestras vidas. Y la herida en nuestra masculinidad, para quienes comenzamos a identificar las cicatrices que escribimos en los cuerpos de otrxs, es el lugar donde podemos plantar la semilla de nuestra posible disidencia. Una vez ahí veremos si el cuidado del que dependemos está siendo repartido.

 

Pero los pakis somos tan aburridos. ¿De qué disidencia estamos hablando, si no somos capaces de cuidar un cuerpo frente a nosotros? En uno de los 28 talleres somos invitados a transitar la incomodidad: “Ahora miro a mi compañero, ahora lo huelo, ahora lo voy a lamer”. Mi compañero está pálido, yo me quedo con ganas de chaparme a un pibe que tengo al lado. Los pakis confundimos erotismo con genitalidad, y ternura con paternalismo. Por eso son tantos los que no pueden hacer acabar a sus compañeras. El placer, para los varones normados, depende del sufrimiento de otras personas. “¿Tiene miedo que se homosexualice la vida? Y no hablo de meterlo y sacarlo, y sacarlo y meterlo solamente. Hablo de ternura compañero.”

 

Vas a sonreír compañero, y vas a decir que esto es cualquiera. Vas a decir que tu mamá era fuerte. Vas a decir que apoyas la pelea, pero vas a cerrar la boca frente a otros varones violentos. Vas a hablar y hablar tanto, cuando lo que hace falta es que cierres la boca y muevas el culo. En la fiesta de cierre, las marikas perrean como las yeguas del apocalipsis. Erotizar la política, militar la micro-política, militar juntos para cuidarnos de los violentos. Aprender de una yuta vez a cuidar algo: tu cuerpo, el cuerpo de otrxs varones y no varones. Traicionar la decadente complicidad machista. Los nuevos hombres de la vieja izquierda dicen que esto es poco, pero ninguno de ellos se animó a pisar el encuentro. Quizás el año que viene nos vean en Montevideo.

 

Con ojos de migrante: una perspectiva del ELVA 2018

 

Por Sergio Castillo. Migrante colombiano, Lic. Psicólogo y dicente de la MSc. en Antropología Social y Política de FLACSO-ARG

 

El ELVA (Encuentro Latinoamericano de Varones Antipatriarcales) 2018 ha dejado muy por lo alto un mensaje de potente claridad y contundencia, que al parecer de quien narra esta breve crónica, es un mensaje que cuenta con la capacidad de incorporar, de ampliar, de remirarse, de impactar todo un rico dinamismo de subjetividades y nuevamente incorporarlo en lo diverso, manifestado (entre otras) por estilos de vida, todos ellos con un lugar y con significados de igual importancia y de igual inclusión desde un -si es posible- y desde la siempre existencia de cristalizar un -se puede- y que es uno de cara a las exigencias sociales del presente; un -se puede- que hace manifiesta su destreza permanente de enseñar y aprender, de adaptarse con organización a sucesos, que cohesionan la múltiples visiones emergentes en la mejor medida de la posibilidades; un -se puede- revitalizador y fraterno contemplando el temor, que no lo anula y si lo convoca diciéndole de frente que solo es un pasajero, y que se ha disolver como todo lo que se ha disuelto en las orillas oceánicas de las más altas conciencias alcanzadas; un -se puede- con amplio acceso y consenso entre silencios y voces, protagónicos participantes, mostrándose estimuladores y creativos a la hora de exponer pluralidades de trabajos como colores hablando de los terrenos en los que han sido forjados.

 

Múltiples consignas han sido elevadas en el ELVA, y hay que decirlo, una en particular llama notablemente la atención dado el momento histórico y que desde la calle insta a este movimiento a emplazarse en el mismo nivel de sintonía del movimiento de las Mujeres. Melisa Gargarello y Arianna Peresson representantes de la Campaña Nacional Argentina contra la violencia hacia las Mujeres, se hacen al panel y con justas premisas interpelan directamente a como una masculinidad renovada y de la magnitud que se ha expresado en el presente encuentro, capaz de abrazar, de fundirse y alegrarse del feminismo que le discurre y apelando a la ineludible autonomía del propio encuentro, sea una, también, igualmente propositiva sobre los hechos que cuestionan las invisibles características por un proceder de contundente complicidad con los privilegios agregados-‘naturalizados’, dados por la ornamenta del varón, cuya renuncia sería uno de sus primeros pasos y a su vez sería pretencioso decir que, sea uno definitivo en esta batalla para desbaratar el patriarcado.

Los rostros que han transitado por el ELVA son unos que han aceptado que las alianzas y confraternidad internacional de la región, pueden hacer prosperar este eco que busca llegar de manera más cercana a esos brotes contra-hegemónicos disidentes, en los que sin duda alguna hay trabajos con agendas paralelas. La migración que moviliza gente por motivos tan amplios como singulares, da cuenta de estas agendas de los sucesos en otros territorios, es un encargo desafiante el acoger y apoyar a los migrantes Antipatriarcales que están en búsqueda de un mejor bienestar para el goce efectivo de sus derechos; no es gratuito el cambiar un territorio por otro, es más bien un anuncio para pensar el camino del caminante que arriba, en uso de este derecho humano y de la decidida convicción que lo acompaña (o los acompaña) a mantenerse firme a su ser conciencia, a su ser persona, a su distinción peculiar; las que buscan ser suprimidas desde su lugar de origen, por su autodeterminación en pensamiento, razón suficiente para provocar profundos surcos reminiscentes de inhibición, pues su talente de cuestionar el sistema mismo que lo quiere ver como una hija o hijo convicto para la réplica de violencias, sencillamente no cabe.

Emocionantes expectativas se formulan para el próximo encuentro, cuyos vientos vienen desde el oriente del Río de la Plata. Potente y pequeño como su país, la comitiva uruguaya eleva sus votos y agradecimientos para que, en su territorio, se continúe con la tarea de dar la vuelta continental en búsqueda de más curiosos que han objetado sobre sí mismos, las facetas de macho y los alivios que apertura el feminismo que les recorre el cuerpo, que les deja hacer y rehacer, que le deja sinsabor de lo creado, que se propone las dudas de este “encargo” de “varón”. Se puede vaticinar que serán maravillosas y grandiosas las sorpresas, para un ELVA que ya demanda poner en escena al momento de convocarnos, el que se sumen hechos donde mano a mano y codo a codo, se revitalice la alianza con las que han impulsado desde las calles, desde los hogares, desde sus trabajos, desde cualquier actividad que realicen, una enfática lucha para alcanzar esa equidad tan anhelada: el papel del movimiento feminista encarnado (hasta ahora) por las Mujeres que ya han demandado el acompañamiento de varones Antipatriarcales transformados ¿y de qué maneras habrá de darse ese paso? ELVA 2019 dirá para ello que…

 

Ilustración: Marcos Villalva

Fotos: Facebook ELVA

 

 

 

 

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