Shhhh!! Son Mujeres
Por Daniela Dicipio
Las mujeres rurales desempeñan un importante papel en la agricultura pero sus accesos y alcances son limitados dentro de la sociedad. En los últimos años, creció entre 10 y 30 por ciento el trabajo de mujeres rurales, pero siguen sin poder acceder a créditos blandos y a insumos. Se suma la ausencia de las discusiones políticas y de género que competen a esta realidad.
Más del 20% de los hogares rurales tienen como cabeza de familia a una mujer, que asume la total responsabilidad de la producción agrícola pero las estadísticas oficiales no tienen en cuenta el trabajo no remunerado que las mujeres le dedican a las parcelas familiares, agrícolas y ganaderas.
A pesar de esta realidad las políticas de desarrollo siguen considerando a los hombres como productor y sólo limitan el rol de la mujer a los quehaceres domésticos, cuando ellas se ocupan de cultivar hortalizas, criar animales de corral y de la elaboración de los alimentos.
En el informe anual “El Estado Mundial de la Agricultura y la Alimentación 2011”, de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), se resalta el rol y la situación de la mujer en la agricultura. Las mujeres agricultoras son desfavorecidas en el uso y acceso a los activos (tierra, ganado y maquinaria), en insumos (fertilizantes, pesticidas, y semillas mejoradas), y servicios (crédito agrícola y extensión). El informe estima que, una distribución más equitativa de los activos, insumos y servicios agrícolas podría hacer crecer la producción de alimentos en el mundo entre 2,5 y 4%.
Las distintas geografías y realidades sociales marcan matices pero así y todo, la independencia económica sigue rigiendo la posibilidad de participación en la toma de decisiones de los hogares. Al fin y al cabo, esa construcción social capitalista sigue marcando las relaciones, roles y posibilidades de desarrollo dentro de la sociedad.
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