¿Qué identidad nos sostiene cuando dejamos de ser víctimas?

Carolina Luján
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Por Paula Daporta

En “Nuestra Venganza es Nuestra Autonomía” Ariell Carolina Lujan enlaza tramas creativas, autogestivas y de autodefensa en un recorrido que es su propia historia y a su vez la narrativa de una era. Con ilustraciones de Femimutancia, entrevista a Lucia Cholakian y prólogos de Clodet Garcia y Laura Salome, el libro se lee y siente como un documento de época y un manifiesto de los tiempos que estamos inventando.

“Nuestra Venganza es Nuestra Autonomía” se afirma en su propia existencia. Nuestra venganza no será, sino que está siendo en un ES que se referencia en un nosotrxs. La vida como  una conquista colectiva cuyo primer triunfo es la celebración creativa de la propia existencia. Vale de recordatorio en una de sus páginas, la posiblidad de estar leyendolas como condición de haber podido sobrevivir al terrorismo sexual, como Ariell define de manera estructural a la violencia sistemática hacia nuestros cuerpos desde la cultura de la violación.

El libro se publicó en marzo del 2020, días antes que estalle el covid y el aislamiento social obligatorio en nuestro país, lo cual no fue impedimento para que circulara una primera tirada, y echara raíces a través de las redes transfeministas, disidentes. Por estos días, Ariell trabaja en la preventa de una nueva tirada para profundizar y re actualizar las líneas de fuga y debates en los que nos invita a sumergirnos.

¿Qué identidad nos sostiene cuando dejamos de ser víctimas? es la pregunta que nos enlaza hacia pasados que hablan de  quienes somos pero que se resignifican a la luz de las historias compartidas en presente, y la posibilidad de repensarnos y narrarnos a partir de nuestras propias voces. La identidad como construcción colectiva, dinámica e histórica que rompe con visiones esencialistas, eclesiásticas y estereotipadas en las cuales el sistema capitalista, patriarcal y herenormativo nos socializa, diciendo quienes somos y cómo debemos actuar.

¿Qué identidad nos sostiene cuando dejamos de ser víctimas? es la pregunta que nos interpela en presentes donde nuestras voces se hacen ecos desarmando identidades rígidas sin capacidad creativa y discursos hegemónicos que hacen de esas mismas identidades la condición fundamental para la subsistencia del mismo sistema que se funda en relaciones sociales de producción basadas en violencias. 

¿Qué identidad nos sostiene cuando dejamos de ser víctimas? es la pregunta que se asienta como documento de época y manifiesto de transformación a las épocas que vendrán. Deviniendo en un proceso creativo colectivo identitario, rompiendo con el lugar de víctimas, siendo y usando la palabra como arma política. Como espacio de encuentro y gesta de lo propio como base de lo común.

En Nuestra Venganza es Nuestra Autonomía”, Ariell Carolina entrama y da cuenta de la reapropiacón y resiginificación de su propia identidad en un proceso que desencadena en el juicio, en el que junto a otras 6 denunciantes, logran que Cristian Aldana (lider de la banda “El Otro Yo”) sea condenado por abuso sexual gravemente ultrajante y corrupcion de menores a 22 años de prisión, en un hecho histórico que puso, y venia poniendo, en jaque y evidencia la cultura de la violación en el ambito de la música local a partir del #YaNoNosCallamosMás.

Sin embargo, y ahí la potencia del libro (y nuestra venganza), no se trata de un relato autobiográfico que pone en el centro de la escena al macho violador, sino por el contrario el centro de la escena está por fuera, en la experiencia que junto a otras y otres va transformando una narrativa que re posiciona la perspectiva de víctima a la de sobreviviente y ex víctimas como hecho político fundante de experiencias creativas que se habilitan a partir de la apropiación de voces, cuerpos y calles. Cuerpos como territorios de recuperación y exploración desde la(s)  palabra(s) que nombra(n) y da(n) sentidos(s). 

“siéntate en la puerta de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo” dicen ellos. nosotras salimos de nuestras casas y nuestro enemigo nos ve okupando las calles vivas. vivxs.” (Prólogo de Clodet Garcia)

No hay víctimas. Hay protagonistas de una era, donde el escrache es reivindicado como herramienta organizada de lxs oprimidxs y el antipunitivimos puesto en agenda. Se trata de un libro que crea  memorias y habilita líneas de fuga contra  el silencio y la soledad  que intentan perpetuar el sistema de abusos.

Escrito guía que recorre parte de su historia pero no desde una revictimización sino como modo de un compartir hacía otrxs que andan trazando la potencia de seguir existiendo (también como venganza). Herramientas ante la crueldad de las violencias mediáticas y judiciales que no hacen más que recordarnos y sujetarnos padeciente.

Salir de esa lógica es el camino que desde los lazos autogestivos propone Ariell en las páginas donde su historia se vuelve la de otras pero donde no hay consejos de “yo la viví” sino el camino andando para hacer de la autonomía un devenir, que se construye desde las redes que sostienen y nos permiten ser y hacer en un camino propio sin mandatos ni enunciaciones ajenas.

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