El 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer. Como sabemos no está todo dicho y lo dicho no deja de sorprender. No podemos hacer oídos sordos a ciertas cosas.
Por Silvana García
“¿Por qué te pones tan contenta? Si vos no sos una mujer”. Eso le dijo un vienteañero a su amiga mientras viajaban en el colectivo, en el asiento de delante. En ese momento estábamos pasando con el colectivo por uno de los tantos negocios que tienen un cartel recordando a sus potenciales compradores que dentro de algunos días es el día internacional de la mujer; exponiendo en sus vidrieras flores, bombones y demás chicherías que serán regaladas a sus madres, novias, hermanas sacándole bastante significado a ese día . Ella, a su vez, se lo recordaba a él cuando le dijo la frase que estoy citando. Se rieron, claro, es un chiste.
Me pregunto qué pudo llevarlo a hacer ese chiste, qué lo llevó a pensar que su amiga no calificaba para ser considerada del género femenino. Porque aunque es una broma debe considerar que algo de cierto hay en ella. Por empezar la chica claramente no estaba vestida “como se supone que una mujer debe vestirse”. No estaba ni vestida ni peinada “como una mujer” y tal cosa es motivo suficiente para dejar de ser percibida como un ser humano del sexo femenino. De lo anterior se desprende que hay que vestirse de una forma determinada para ser mujer. También hay formas de hablar, de moverse, prácticas, y hasta modos de pensar que acordamos socialmente para ser mujer; olvidándonos que ser tales en primer lugar y fundamentalmente implica ser un ser humano del sexo femenino.
Si hacemos el esfuerzo de recordar cuantas veces dejamos de calificar o calificamos un poco menos como mujeres ante la mirada del otro (incluso de otras mujeres) veremos que no es algo aislado y que es tan natural que ni cuenta nos dimos.
Ser feminista, homosexual, “poco femenina” es motivo suficiente para que el modelo de mujer que supimos concebir como sociedad deje de quedarnos bien. Existe una serie de cualidades que asignamos al conjunto de mujeres pululando en el aire, dando vueltas en nuestras cabezas, en la TV, en las publicidades. Y no pocas veces estamos disconformes con ellas.
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