Por Analía Daniela López
El 7 de septiembre en la sede de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA) se llevó a cabo la presentación del Frente Abolicionista Nacional (FAN). Un panel integrado por Alberto Ilief, Lohana Berkins, Graciela Collantes y Magali Belloti explicó los principales principios del Frente.
Para el abolicionismo la prostitución y la trata de personas afectan la dignidad humana y los derechos de las personas en prostitución por lo que abogan por el fin del sistema prostituyente.
Existen tres corrientes para combatir la prostitución y la trata de personas: la prohibicionista, la reglamentarista y la abolicionista. El prohibicionismo prohíbe, persigue y reprime tanto a quienes explotan la prostitución ajena como a las personas en situación de prostitución, igualando la responsabilidad entre todos los involucrados. La pelea de fondo se encuentra entre el sistema reglamentarista, que busca reglamentar las normas por las cuales se va a ejercer la prostitución, considerándola un trabajo y el sistema abolicionista, que entiende que la prostitución crea violencia contra las mujeres y por lo tanto debe ser abolido.
Una de las primeras acciones del FAN es conseguir que se transforme en ley el proyecto que tiene media sanción de la Cámara de Senadores. Algunas de las reformas importantes a la actual ley son la asistencia a las víctimas, que las mismas no tengan que probar que consistieron en la explotación, pugnar por prohibir los prostíbulos y toda otra forma de explotación de la prostitución ajena y de trata de personas.
Uno de los postulados más fuertes del Frente es qué hacer con el cliente. Para ellos la visibilización y responsabilización del prostituyente, para el abolicionismo mal llamado cliente, es fundamental para la erradicación de las desigualdades de género. Otra de las consignas es lograr que no se reprima a las personas en situación de prostitución y que a su vez se adopten políticas públicas restitutivas de sus derechos y sus garantías.
Lohana sumó su historia de vida atravesada por la prostitución desde los 13 años, contó que “Mujer Bonita” es solo eso, una película, que la prostitución no tiene esos finales felices y que no hay que relegar a la prostitución a solo una cuestión de pobreza. Lohana remarcó que no existe protección a los niños y mujeres en situación de prostitución: ¿qué pasa después?¿dónde están las alternativas?, se preguntó. Su respuesta viene unida a la necesidad de más cupos de trabajo y más educación para aquellas personas que tengan la posibilidad de dejarla. Lohana remarcó que una vez que las travestis se organizaron en cooperativas no volvieron a la calle y que muchas otras se reubicaron en trabajos domésticos.
Para finalizar, Alberto expresó que desde el FAN se intenta modificar a la sociedad desde sus raíces y que se oponen a las otras posturas porque tienden a la desigualdad. “Todos los derechos humanos son solidarios entre sí, al violar uno, se están violando todos”, además resaltó que el abolicionismo hace hincapié en que lo que está en juego no es la libertad de prostituirse de una persona sino la dignidad: “cuando alguien se convierte en objeto se está dañando un derecho humano básico como es la dignidad”.
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