Activismo queer por el aborto legal

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Por Mabel Bellucci*

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Hacia principios de 1998, entre las filas del activismo de Buenos Aires surgió ´La Coordinadora por el Derecho al Aborto´, una coalición política en la cual convergen una diversidad de agrupaciones feministas, de lesbianas, estudiantes, mujeres de izquierdas y de sectores independientes. A partir de la constitución de este frente, la lucha por  la despenalización del aborto ensanchó sus márgenes.

En esos momentos, estrechaban voluntades los grupos autónomos y también las minorías sexuales. A partir de allí, dentro de la Coordinadora quedó plasmada una vocación de entrecruzamiento de miradas diversas en torno al aborto. Contra el viejo dictamen de ´la biología no es destino´, de propio cuño feminista, se consolidó el armado de alianzas y coaliciones con experiencias tan disímiles como tradiciones e historias diferentes. En fin, encarnaban otras formas de politizar sus especificidades y otras luchas pero, sin embargo, fueron confluyendo. Desde ya, significó un aprendizaje más que interesante, en donde convergieron territorios heterogéneos que, con anterioridad, algunos de ellos habían discutido hacia el interior de sus asociaciones el régimen heteronormativo para luego apostar a acciones micropolíticas.

Por un lado, la comunidad de las minorías sexuales estaba fogueada en acompañar al activismo feminista en intervenciones callejeras, tal como el 8 de marzo como así también en manifestaciones en reclamo por la despenalización del aborto. Todo ello, a ambos frentes les otorgó una práctica de convivencia política, sin un anclaje ideológico de fondo. Asimismo, las lecturas de textos de  teóricas claves hicieron lo suyo. Por lo tanto, nadie puso en duda que el feminismo encarnaba el espacio de contención por excelencia.

Por el otro lado, al activismo feminista le interesaba la apuesta desafiante de las minorías sexuales por su lucha decidida contra la discriminación. De ese espacio, durante los años noventa, las agrupaciones de travestis fueron las más flexibles para afinar acuerdos tanto con las lesbofeministas como con las heterofeministas. En realidad, las travestis traían consigo una fuerza arrolladora, además, de representar un punto de quiebre en el arco iris de las minorías de entonces.

Estas cuestiones sirvieron de motor para ese magma de compromisos teóricos, políticos y experienciales -sea por parte de los colectivos de la diversidad sexual como de la militancia- por la conquista del aborto legal. Cada grupo que se integró a la lucha fue a través de un acuerdo tácito pero también con objetivos estratégicos para enfrentar a un adversario en común y un cuestionamiento de toda la sociedad en su conjunto.

En efecto, las coaliciones con travestis, gays y lesbianas, como figuras con potencia “de fuga” de su lugar de origen, se fortalecieron por la incidencia del activismo queer que durante la década del noventa, irrumpió con el propósito de explorar idearios, prácticas y materiales, e hizo su desplazamiento desde los Estados Unidos a la Argentina. Con la mudanza, lo queer -como sitio político sin delimitación de antemano ni tampoco de una posición plena- se transmutó y se retorció en una serie de alternancias relacionadas con las luchas culturales locales de un presente reciente, pero también condicionada por experiencias políticas anteriores.

Al rastrear tradiciones truncas del pasado, emerge la crítica al concepto de identidad, por las controversias alrededor de la cuestión llevada a cabo por el ´Frente de Liberación Homosexual´ (FLH) y, en especial, por el poeta y activista, Néstor Perlongher. La articulación crítica entre desigualdad y diferencia, enfatizada por el desmontaje de la matriz heterosexual y del imperio del ideal regulatorio se perpetraron, básicamente en Buenos Aires, desde la década del setenta en adelante.

Durante los años noventa, los antecedentes del activismo queer se localizan, entre otras tantas causas, con la aparición del colectivo estudiantil de lesbianas y gays ´Eros´, espacio de producción teórica y política de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Para esa misma fecha, se asentó esa incipiente apuesta con la declaración de solidaridad que había presentado la ´Comisión por el Derecho Al Aborto´ (CDA) con la lucha de la CHA para obtener la personería jurídica.

Mientras, en octubre de ese año, ambas agrupaciones organizaron un panel ´El derecho al propio cuerpo y lo diferente´; estos datos no resultaron menores: colocó de relieve el diálogo mutuo de convergencia entre grupos feministas y de la diversidad sexual para la transformación de los modelos existentes. También esta abigarrada mezcla de alianzas logró su punto prominente de complejas articulaciones político-culturales, de modos de organización, de historia y cultura política con la configuración de la Comunidad Lésbica, Gay, Travesti, Transexual (LGTT).

Allí, a partir de 1991, el adalid de la lucha por las minorías sexuales, Carlos Jáuregui, instaló como práctica política coaliciones montadas con una diversidad de asociaciones, colectivos autogestivos y movimientos sociales -desde lesbianas, gays, travestis y transgéneros junto con partidos políticos progresistas, de izquierda anticapitalista a grupos de estudiantes, feministas, derechos humanos, sindicatos combativos- a partir de las Marchas del Orgullo que comenzaron su recorrido desde 1992 en adelante.

Tres años más tarde, surgió el ´Área de Estudios Queer y Multiculturalismo´”, que funcionaba en el Centro Cultural Rector Ricardo Rojas-UBA, el cual representó un centro experimental de coaliciones en términos de lucha hegemónica y de antagonismo. Así, estas propuestas entre tantas otras que se fueron explorando durante los años noventa, moldeó un activismo joven, fresco que, por un lado, revisaba el pensamiento feminista hegemónico y, por el otro, ingresó a su terruño la impronta política de la visibilidad pública desde comunidades con vectores diferenciales específicos y la lucha por la clandestinidad del aborto estuvo en sus miras. Después, el cambio marcó su ruta.

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* Activista feminista queer.

* Cartografías del cuerpo: Las luchas por el derecho al aborto en Argentina.

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