“Alfabetizarse no es aprender a repetir palabras, sino a decir su palabra”..
Paulo Freire
Por Revista Furias
Cuando hablamos de educación, sean teorías, autores, docentes e incluso la sociedad en general, no podemos evitar hablar de procesos de liberación. Más allá de la compleja cuestión filosófica que esta relación implica, que nos lleva a preguntarnos para qué educamos hoy, es innegable que aún en nuestros cambiantes escenarios sociales, tanto locales como mundiales, la educación es uno de los pilares para el desarrollo humano como proceso emancipatorio pues, como suelen decir, el conocimiento es poder. Dentro de estos escenarios, surgen constantemente nuevos desafíos de viejas problemáticas que quedaron relegadas.
Francisco Quiñones es el coordinador general del Bachillerato Popular Trans “Mocha Celis”, junto a Mariela Solana y María Victoria Arias, se encargan de la planificación del área de Comunicación, que incluye las materias de Lengua y Literatura, Expresión e Inglés. El debate pasó por varios interrogantes que surgen a la hora de pensar un espacio de aula inclusivo, que ahuyente también fantasmas del pasado, que aporte a la definición de una identidad que durante años han tenido que ocultar porque en las escuelas de educación formal no tenían lugar y, si osaban demostrar esa identidad, eran discriminadas, apartadas y hasta en muchos casos castigadas o víctimas de violencia.
¿Cómo se logra entonces la integración? El bachillerato se enmarca en la rama de la educación popular, en la que una de las premisas fundamentales es: “todos y todas conocemos algo, todas y todos ignoramos algo”, da así apertura a escuchar la voz del sujeto áulico, del o las estudiantes que traen un bagaje de conocimientos y de experiencias que deben ser tenidos en cuenta a la hora de planear el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Para lograrlo, diseñaron una currícula que integre las vivencias de cada una, la idea central es que puedan ellas mismas apropiarse de las herramientas que se les facilitarán en las clases, para que puedan utilizarlas en pos de definir su identidad, de construir y de-construir su propio discurso, y el de “los otros”, construir y construir-se dentro de un discurso hegemónico en el que su rol es el de la marginalidad, ya que no encajan en las definiciones binarias de varón o mujer. Así es como contarán con talleres de redacción en distintos estilos, desde literarios hasta periodísticos, como también talleres de radio y producción audiovisual. El fin es que las clases y aquello que se enseñe en ellas sirva para comunicar, para transmitir quienes son, visibilizar a un colectivo estigmatizado y muy relegado por el sistema educativo. Serán ellas mismas quienes a lo largo de la cursada podrán escribir, hablar por radio y hasta filmar sus propias historias.
En este marco de planificar contenidos en base a la participación de los y las estudiantes, Francisco cuenta que se están realizando entrevistas personalizadas para conocer a quienes van a estar en el aula, en la actualidad son 30 pre-inscriptas, y se siguen sumando: “cada una trae sus historias, y su imaginario de la escuela, va a ser difícil enmarcarlas en un escenario de educación popular, porque la mayoría trae la idea de aquella escuela formal que las excluyó, porque querían tener el guardapolvo como lo usaban las chicas, o ir al baño sin ser discriminadas, golpeadas y hasta expulsadas”.
El hecho de no contar con un título que avale los conocimientos, se presenta como un obstáculo a la hora de conseguir trabajo u oportunidades laborales, es también este el fin al que apunta el proyecto, brindar mejores condiciones y oportunidades laborales que reviertan la situación de prostitución en la que muchas se ven inmersas. A partir de la apertura de este espacio educativo también se buscará promover el trabajo desde cooperativas autogestionadas. Una vez terminado el ciclo de enseñanza/aprendizaje de 3 años, se otorgará el título de “Perito Auxiliar en Desarrollo de las Comunidades” y podrán sentirse, tal vez, liberadas.
¿Quién fue Mocha Celis?
Mocha Celis fue una activista travesti, oriunda de Tucumán, que trabajaba en la zona de Flores. Luego de una semana desaparecida y sin haberse registrado su deceso, su cadáver fue descubierto en el Hospital Penna donde había sido trasladada desde el Hospital Álvarez para realizarle una tomografía computada. Había sido llevada a dicho hospital con un disparo en la cabeza realizado mientras estaba inconsciente en el piso debido a los golpes que se le habían dado. Sus compañeras de militancia de la organización Asociación de Travestis Argentinas (ATA) consideran que el personal de la Comisaría 50 de Capital Federal que halló el 25 de agosto el cuerpo de Mocha, está directamente involucrado con este asesinato debido a las amenazas constantemente recibidas y a las irregularidades que ellas y la Dra. Ángela Vanni (abogada de la Organización) percibieron en su desempeño.
Cuenta Lohana Berkins cuando se decidió que el Bachillerato lleve el nombre de Mocha Celis: “Mocha no sabía leer ni escribir, cuando llegábamos a las comisarías detenidas, ella siempre me pedía a mí que le leyera. Me acuerdo que cuando estábamos en los calabozos había otra trava, una chica supererudita, y yo le dije: ‘Aprovechemos que estamos acá adentro y enseñale a Mocha. Pero hacelo de manera que ella no se sienta mal, que no se sienta menos’.”
Las clases comenzarán el 19 de marzo y los horarios de cursada se extenderán de lunes a jueves desde las14.45 a18 hs., mientras que los días viernes serán de recuperación. Las clases se dictarán en el espacio cedido porla Mutual Sentimiento, Federico Lacroze 4181, 5to piso.
De acuerdo a las definiciones que expresaron en el lanzamiento del proyecto, en el mes de noviembre del 2011, los objetivos del Bachillerato Popular Trans “Mocha Celis” son:
– Otorgar títulos secundarios.
– Revertir la situación que conduce a las personas travestis, transexuales y transgénero a la prostitución.
– Facilitar la generación de un sustento económico alternativo a la prostitución.
– Aumentar la frecuencia de los controles sobre la salud. Generar conciencia sobre el cuidado de la salud.
– Promover la participación democrática y el ejercicio de la ciudadanía plena.
– Acercar a las personas travestis, transexuales y transgénero a la escuela.
– Brindar una formación específica que aporte los conocimientos para gestionar micro emprendimientos y cooperativas que funcionen como fuente de ingresos.
-Aumentar la calidad de vida del colectivo travesti, transexual y transgénero de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y alrededores.
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