¿Dónde está Rosa Toledo?

Compartir

Entrevista a familiares y amigas de Rosa Toledo, desaparecida desde el 6 de febrero de 2016 en Castelar.

Por Anahí Más

 

Rosa Toledo desapareció el 6 de febrero de 2016 en Castelar. Esa noche salió para tener una conversación con Víctor Cristian Gómez, su marido. Partió desde la casa de su madre -donde vivía momentáneamente luego de su separación- hasta su casa. Se trasladó con su camioneta junto a su hijo menor y no volvió. Desde ese momento sus amigas y familiares la buscan desesperadamente y esperan que la Justicia investigue a su pareja ya que ninguna cree en la versión que Cristian quiso instalar tanto en la justicia, como a la familia y a sus hijos.

 

Marta Azucena Molina es la madre de Rosa Toledo, encabeza su búsqueda acompañada de un grupo de amigas y personas que la contienen, colaboran en la realización de reuniones y actividades para visibilizar su búsqueda. Ella dice que está convencida que él le hizo algo y que la versión de que Rosa dejó todo y se fue es mentira.”No hay posibilidad que Rosa esté de viaje como quieren instalar. Ojalá que esté equivocada. Pero él tiene algo que ver”.

 

Durante una de sus últimas reuniones, Marta y Viviana Bertini, amiga y parte del grupo “Todo por Rosa”, se tomaron unos minutos para contarnos quién es Rosa Toledo y cómo fueron las horas previas a su desaparición. Hablan de femicidio y de violencia de género. Hoy unidas son parte fundamental de su búsqueda y del pedido de cambio de carátula de la causa.

 

Las mentiras y la búsqueda de justicia. Charla con Marta Azucena Molina

 

Rosa y su mamá estuvieron distanciadas durante 20 años, sin embargo Marta siempre supo de ella, de sus viajes, de su militancia y sus estudios; gracias a que el padre de Rosa le contaba todo. Después de muchos años se volvieron a ver “Para mi cumpleaños en enero ella pidió mi teléfono a mis nietos más grandes, hablamos mucho”. Marta tuvo una vida muy difícil: “tuve a Rosa a los 15 años, crecimos prácticamente juntas”.

 

Desde el primer momento ella le contó a su mamá la mala situación que vivía con su marido, estaba muy angustiada y repetía mil veces: “le di 20 años de mi vida y ahora anda con otra mujer”. Por eso le ofreció que vaya a vivir con ella a su casa.

 

El 6 de febrero estaban en la casa: Marta, uno de los hermanos de Rosa, Rosa y su hijo menor. Después de hablar mucho tiempo por teléfono Rosa se fue para conversar con su marido a la casa que compartían. Su mamá recuerda como si fuera hoy que ella le dijo “mañana vuelvo mamá”. Nunca volvió.

 

Rosa salió de casa de su mamá junto a su hijo menor en su camioneta, su celular y la notebook. “Durante unos días esperé que vuelva, igual llamaba a su celular todos los días pero daba apagado. Al tiempo fui a la feria donde trabajaba Cristian Gómez para que me diga qué pasó, lo único que me dijo fue que se había ido y que él la había dejado en la estación de Morón a las 2 de la mañana, pero para ese momento no circulaban los trenes. Después en la fiscalía dijo otra cosa. En ese momento lo único que le dije fue que aparezca Rosa o sino hacía la denuncia, pero solo atinó a contestar “haga lo que quiera, total con usted se llevaba mal’”, recuerda Marta.

 

Un tiempo después Marta llamó al celular de Rosa, “me atendió uno de mis nietos más grande, me dijo que su mamá se había ido de viaje y que el teléfono estaba ahí.” Unos meses después él también empezó a descreer de la versión que Cristian había instalado  “me contó que un vecino decía que algo le había pasado a Rosa, que habían discutido mucho esa noche”.

 

Después de este episodio ya la idea de femicidio y de violencia iba creciendo. A la situación del celular y el vecino, se sumó que, según Marta, “Cristian vendió todo desde la notebook, como la camioneta, entre otras cosas, también se conoció la declaración de uno de los cuñados de Cristian que deja en claro que algo pasó esa noche “escuchó una conversación donde el marido de Rosa le decía a su padre “se me fue la mano con Rosa”.

 

Por otro lado, un dato no menor es que Rosa “dejó todo en casa, incluso los papeles de la camioneta que manejaba y usó la noche en que desapareció para ir a la casa a hablar con Cristian. En un momento él apareció con un 08 firmado por Rosa con fecha de septiembre de 2016, siete meses después de su desaparición, pedí la caligrafía porque estoy segura que es falsa” cuenta Marta sorprendida.

 

Marta pide justicia, quiere que aparezca Rosa, que se investigue a Cristian y a su entorno, “él tiene y tuvo mucho tiempo para pensar”. Desea saber qué pasó esa noche. Ella sabe que se está trabajando pero un poco lento, uno de los síntomas de esto es que “todavía mi nieto más chiquito no declaró en Cámara Gesell, él fue uno de los testigos de esa noche y que Cristian haya declarado una sola vez en la causa”.  Por esto, quienes están colaborando con la familia están buscando unx abogadx penalista para poder meterse en el expediente, tener mayor control y acceso a la causa.

 

Cristian subestimó a Marta, creyó no la iba a buscar a Rosa, estaba convencido que nadie iba a pedir justicia. Pero se equivocó, esto recién comienza.

 

La sospecha del femicidio. Diálogo con Viviana Bertini

 

“Rosa era nuestra compañera del Consejo de la Mujer de Morón, en mi caso también nos cruzó una amistad muy profunda hasta el punto de querer iniciar la carrera de abogacía juntas. Ella comenzó a participar en el 2011 y enseguida notamos que tenía problemas con la pareja: él era celoso y criticaba todo el tiempo que ella participara en ese tipo de espacios. El contexto de desaparición fue durante la fragmentación del Consejo de Mujeres de Morón. Ella, junto a un grupo, dejamos de participar en ese espacio y eso fue la excusa para que ella dejara de frecuentar a muchas compañeras, se alejó y solo con algunas continuó comunicándose y comentando todo lo que le estaba pasando”.

 

El marido logró instalar la idea de que Rosa se había ido por su cuenta, incluso declaró que después de la discusión la dejó en la estación de Morón a las 2 de la mañana y que se había ido, que había abandonado todo. Viviana no duda en decir que eso es imposible. Estoy convencida de que ella no se fue, eso ya está cayendo por su propio peso. Yo me di cuenta que a ella le pasó algo, no es algo simple. Todo apunta a lo peor, todo apunta a un femicidio, yo deseo que Rosa aparezca ya y que todo sea una gran confusión pero lamentablemente no creo”.

 

Desde que Rosa desapareció Viviana se niega a pensar que se fue sin querer comunicarse con la madre, con sus amigas e incluso con sus hijos. Su amiga afirma que está “segura que ella no se fue. Rosa estaba pasando un momento muy delicado con su pareja, tenía situaciones de violencia psicológica. Yo presenté a la causa pruebas de conversaciones, a ella le pasó algo”.

 

“Es difícil hablar de Rosa después de un año y medio que no se sabe nada de ella” dice Viviana. Sus amigas describen a Rosa como una mujer que enfrentaba la vida y que no se hacía problema por cuestiones simples, tenía carácter, era muy alegre y divertida.

 

Marta, mamá de Rosa

Las amigas y compañeras de Rosa comentan que al tomar conciencia que no volvía se pusieron a disposición de la madre. Desde ese momento buscan a Rosa y se reúnen con la intención de recordarla y darse fuerzas para continuar con la búsqueda y exigir justicia  con el compromiso de seguir preguntando ¿Dónde está Rosa Toledo?

 

 

 

Ph: Cataclismo

 

Commentarios de Facebook

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Ceres Elementos Naturales
borde gris top
Contenido relacionado
Contenido relacionado
Las marcas del fuego

Las marcas del fuego

La crisis climática genera más frecuentes y más extensas temporadas de incendios forestales, y la Patagonia es una de las regiones más golpeadas. En marzo de 2021 una tormenta de fuego en Chubut cambió la vida de miles de personas. Andrea Depetri es una de ellas