Dossier Especial: Diversidad

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Hablemos de diversidad

 

Por Sofía Espul

 

“Diversidad es una palabra importante, no sólo es sinónimo de pluralidad, sino también de igualdad, de necesidad y de verdad”. (Melo Dicipio).
“Diversidad no sólo indica variedad y pluralidad sino también aceptación de lo que es diferente a nosotros/as. Entender la diversidad es aceptar y no juzgar al otro/a”. (Virginia Muiños).
“Es la coexistencia armónica, desde la biología todas las formas de vida estamos emparentados/as, me parece que deberíamos buscar más similitudes y confluencias”. (Patricia Bauboaviles Saavedra).
“Diversidad tiene que ver con reconocerse una mera parte de un todo más grande, todos/as somos distintos/as y esa diferencia debería enriquecernos. Diversidad debería ser empezar a pensar en un nosotros/as”. (Carolina Arias).
Definiciones brindadas por nuestras lectoras a través de nuestra página en Facebook.

Definir diversidad puede ser tan complejo y variable como la diversidad misma, ninguna es errónea, ninguna es certera. No podríamos hablar de términos verdaderos, válidos, fijos, eternos, pero continuamente lo intentamos para poder identificar e identificarnos. Y muchas veces en ese identificarnos dejamos afuera lo diferente, criticamos, rechazamos, resistimos.

La especie humana se distingue de los demás seres vivos por ciertas capacidades cognitivas, como el razonamiento, que nos permite conocer el mundo, pero a éste lo conocemos a partir de conceptualizar y definir aquello que vemos; al nombrarlo, al reconocerlo, podemos aprehenderlo, delimitarlo, y de esa forma dominarlo. Esa misma lógica de definir, de delimitar, la aplicamos a nosotras y nosotros mismos, todo el tiempo intentamos construirnos como sujetas y sujetos, saber quiénes somos. Pero ¿quién más que uno o una misma puede decirnos eso? Cuando hablamos de varones, mujeres, travestis, etc., todas esas son definiciones que sirven a la sociedad para denominar quiénes somos, al nombrarlo lo “conocemos”, le asignamos ciertas características que delimitan su accionar, de acuerdo a lo que “sea” deben corresponder esos comportamientos, esto nos permite realizar juicios de valor, juzgar de acuerdo a cómo entendemos que “debería ser”.

Desde una mirada durkheniana diríamos que el hombre es hombre en sociedad; la sociedad nos define, algo tan íntimo como saber quiénes somos se ve interpelado y atravesado por la mirada de otros y otras. Aceptar la diversidad implicaría que esa mirada que tenemos sobre las y los demás sea menos rígida, menos condicionante, menos dominante. A veces, construir la propia identidad es un problema porque precisamente no encontramos en nuestro entorno la posibilidad de sentirnos libres en esa construcción. La elección de nuestra propia vida, la posibilidad de ser quienes sentimos que queremos ser, se ve limitada por la mirada del que no nos entiende.

El mundo ya no es un lugar estático, rígido, apegado a normas y reglas fijas y eternas. La sociedad deja de ser una para ser sociedades, la familia deja de ser una para ser familias, la sexualidad deja de ser una para ser… diversa.

Incluyamos, comprendamos, acompañemos, dejemos que las individualidades se expresen en sociedad, que esto permita recorrer todos los caminos posibles, y no ya un solo camino. Suena utópico tal vez, pero tras ello vamos, y por suerte somos cada vez más las y los que queremos intentarlo. Y es justamente esta diversidad lo que nos une.

 

Romper estereotipos

Por Analía Daniela López

 

Para el presidente del Club de Osos de Buenos Aires, Gabriel Sánchez, osos son todos los varones gays que no encajan en el estereotipo clásico (también estereotipado) del varón gay: cuerpo cuidado, asistencia casi obligada al gimnasio, en lo posible depilado, muy preocupado por su estética y su ropa; por el contrario el oso resalta características físicas que se atribuyen generalmente a lo masculino como usar barba o ser peludos. Alejandro Uría Alanís, miembro del Club desde sus inicios, cree que, para ser considerado un oso necesariamente hay que ser corpulento y, al igual que su compañero, considera que debe ser masculino “no como pose sino con sentirse cómodo con su propia masculinidad. No necesitar amanerarse para ser homosexual”.

 

 ¿Cómo se maneja en el Club ese sentirse cómodo con la propia masculinidad?

Alejandro: Inicialmente en el club se dieron clases de masculinidad, de cómo ser oso, de cómo se podía ser homosexual, mayor, barbudo, panzón y masculino dentro de una comunidad gay donde el estereotipo era la `loca´ que mostraba Olmedo, Dady Brieva, el gay amanerado casi como una obligación.

El estereotipo del oso es más el de hombre protector, el paternal, que el del macho `pegame que no me duele´. Nosotros nos mostramos como somos pero tratamos de no ser ridiculizados por cómo somos, porque puede resultar fácil: viejo, peludo, panzón. No tenés que ser sólo de una forma para poder ser.

 

¿Se puede decir que en la actualidad hay una mayor inclusión social con la comunidad LGBT?

Gabriel: Con el tema del matrimonio igualitario se not ó mucho. Yo soy docente de la Universidad de Buenos Aires, todo el mundo sabe que soy gay, que soy el presidente del Club de Osos y jamás eso me trajo en mi trabajo ningún problema. Cuando se votó en el consejo si la Universidad iba a apoyar o no el matrimonio igualitario, no se dudó en levantar la mano y el voto fue nominal. Tiene que ver con que se piensa de otra manera. También se ve en cómo los chicos viven el tema de ser gays, para nosotros era una tortura el tema de salir del armario y ahora a los 13/14 años salen a decir `mamá/papá soy gay´. Mi orgullo para aquellos que nos ven como piezas de colección es haberles dejado todo esto: el matrimonio igualitario y el proyecto de ley de identidad de género.

A: Cosas que pensamos que iban a pasar dentro de 100 años pasaron en 10. El cambio desde el 2000 al 2011 ha sido increíble.

 

Antes del matrimonio igualitario era una limitación no poder proyectar una estructura familiar con igualdad de derechos, ¿cambió el paradigma?

G: Ahora uno puede proyectar una familia con una chica o un chico adoptado. Dentro de esta estructura pod és planificar más cómo tenerlo, antes podías decir `lo voy a tener como soltero´ pero ¿cómo me arreglo? ¿Cómo hago para incorporarlo a la obra social? El eslogan “los mismos derechos con los mismos nombres” es la síntesis perfecta, no importa si me quiero casar o no, no quiero ser menos ciudadano.
A: Hay socios que crían a los hijos entre los dos, pero son hijos anteriores al matrimonio y los mismos dolores que tienen las familias heteroparentales los tienen las homoparentales. También esta bueno el matrimonio para los que eligen no tenerlo, está bueno decir `yo no me quiero casar´.

 

¿Qué actividades realizan en el Club?

G: El Club tiene varias aristas para las diferentes personas que lo conforman, est á la parte divertida de venir a las cenas y todo el costado militante, que incluye ser parte de la organización fundadora de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (FALGBT) y parte de su comisión directiva. El grado de militancia va variando de acuerdo a la comisión directiva y la ideología política que tengan. Como institución colaboramos con un comedor de una multisectorial barrial que hace las baldosas por la memoria, juntamos comida y juguetes para el pabellón de chicos con VIH del Hospital Muñiz y prestamos el lugar para que se realicen iniciativas culturales.
A: Se pasó de ser solamente una institución de gays reunidos a ser una Asociación Civil que cumple funciones como tal y que está conformada por varones gays, que no significa que sólo sea un lugar donde nos juntemos a tomar y comer, y también, el Club tiene varias aristas para incluir a todos.

Gabriel expresó a lo largo de la entrevista: “no discriminar requiere un esfuerzo de todos los días” y ahí está parte del trabajo diario como institución y como integrantes de una sociedad que clama por más equidad, inclusión y diversidad, y sobre todo para que aquellos derechos ganados a lo largo de años de lucha se puedan ver trasladados a nuevas configuraciones simbólicas y morales de una sociedad que está mutando, reacomodándose y configurando nuevas concepciones a futuro.

 

Educar con inclusión

Por Sofía Espul

 

Lesmadres tal como ellas mismas se presentan es “un grupo de acción política compuesta por lesbianas madres, con hijos e hijas; existimos hace casi 5 años, como grupo nos dedicamos al trabajo comunitario, al trabajo de formación e información de profesionales de la salud, de docentes, de profesionales del derecho y también al desarrollo y a la producción de materiales informativos”. El principal objetivo por el que luchan es la equiparación de los derechos de sus hijos e hijas con los derechos de las demás familias.

En este marco elaboraron la “Guía de familias comaternales”, a partir de sus saberes y el de diferentes profesionales con el fin de generar en el aula un espacio seguro para sus hijos e hijas. Representantes de distintas provincias del país hicieron sus aportes y dieron su apoyo a la creación de esta guía. Las y los principales oradores fueron: Mara Brawer (Subsecretaria de Equidad y Calidad Educativa del Ministerio de la Nación), Pedro Mouratián (Interventor del INADI), Mirta Marina (Coordinadora Nacional de Educación Sexual Integral), Andrea Majul (100% Diversidad y Derechos y Docentes por la Diversidad) y de Lesmadres estuvieron presentes Gabriela Bacin, Florencia Gemetro, Julieta Bonazza, Luján Aguilar, Paula Llewellyn y Silvia Quintero.

A pesar de las personas presentes, quienes tuvieron gran parte del protagonismo fueron los hijos e hijas de esas madres que estaban allí para evidenciar que la lucha que llevan a cabo bien vale la pena. Mara Brawer fue una de las oradoras más esperadas, y sus primeras palabras describieron la situación de las y los presentes “estoy muy emocionada en lo personal y en lo político”, ese era el clima que se vivía, de emoción, de encuentro, la sensación general de haber avanzado en pos de la equidad. Mara enfatizó en la necesidad de que las subjetividades también formen parte de la escuela: “el desafío es pensar propuestas pedagógicas que piensen en las y los chicos como sujetos y sujetas provenientes de distintos lugares, con diferentes capitales culturales, con familias monoparentales, ensambladas, con dos mamás o dos papás, de diversas religiones, etc. que miren esa diversidad”; además hizo hincapié en que la principal lucha, la que implica más recorrido, “es la que debemos librar contra el poder normalizador: el poder sobre los cuerpos, sobre la sexualidad”.

Entre los testimonios importantes de la tarde, se contaron los de Natalia y Cristina, dos mamás como tantas otras que forman parte de la organización, pero ellas ese sábado fueron por un momento distintas, porque eran también señal del avance en la lucha, ya que son las primeras mamás de una beba que fue reconocida en la Provincia de Buenos Aires, más precisamente en Quilmes, que figura como hija de ambas: “agregarle el segundo apellido fue como cualquier otro trámite”, contaban felices.

Quien también aportó un testimonio alentador fue Pedro Mouratián, actual interventor del INADI, apuntó a la importancia de construir una conciencia colectiva diferente, a partir de la desnaturalización de cosas que se creía que podían ser sólo de una manera. En relación al aporte que hace la Guía dijo “me parece muy auspicioso que la sociedad civil tenga herramientas que el Estado pueda aprovechar, desde el INADI podemos articular para que se pueda trabajar en todas las provincias, que este cuadernillo llegue a las y los docentes, tenemos que enseñar desde lo básico y desmitificar los prejuicios”.

Hubo algunos testimonios más, todos a favor de impulsar una nueva conciencia, todos en pos de aceptar e incluir la diversidad en la escuela, para que el poder de la escolarización, generalmente invisibilizado, se dirija hacia una nueva construcción de sus parámetros de “normalidad” basados en lo que viven, no en lo que les dicen que está bien o es “aceptado” vivir. La base de la normalidad debe estar ligada a la felicidad, al amor, que fue lo que estuvo presente en este acto; lo que se vio más allá de las palabras oídas es que esas madres allí reunidas construyen sus familias con mucho amor, ¿qué más se necesita para tener una infancia feliz?

La “Guía de Familias Comaternales” se presentó el pasado 8 de octubre y fue declarada de interés educativo por el Ministerio de Educación de la Nación. Puede descargarse en www.lesmadres.com.ar, y para solicitar copias impresas deben escribir a lesmadres@gmail.com.

 

Voces de madres

Gabriela Bacin y Florencia Gemetro son dos Lesmadres, dos exponentes de la lucha que nos contaron cuáles son los puntos importantes sobre los que todavía falta avanzar en pos de lograr el reconocimiento igualitario para sus hijos e hijas.

Ellas consideran que todavía hay acciones y reacciones discriminatorias en la escuela por parte de las y los docentes, por ejemplo, como cuenta Gabriela: “discriminan al solicitarle a nuestros hijos e hijas psicodiagnósticos por el solo hecho de tener dos madres lesbianas, así invisibilizan los vínculos familiares, no respetan las denominaciones familiares y promueven deliberadamente estereotipos sexistas y discriminatorios”. Pero también destacan ciertas actitudes positivas, como por ejemplo, algunas y algunos educadores modificaron las planillas, las carteleras, respetan los nombres y designaciones familiares, leen los materiales que les acercan desde la organización y cuando tienen alguna duda las consultan.

Además, resaltan la importancia del reconocimiento legal de sus hijos e hijas, como señala Florencia: “la sanción de la Ley de matrimonio igualitario permitió la inscripción legal de los hijos e hijas nacidos en el marco del matrimonio de mujeres. Sin embargo, las y los que nacieron antes de la sanción de la Ley aún no fueron inscriptos con sus dos madres legalmente reconocidas. La iniciativa de reconocimiento igualitario se enmarca en la equiparación de los derechos de todos los niños y niñas independientemente de la orientación sexual, la identidad de género o el estado civil de sus madres o padres. Desde Lesmadres y 100% Diversidad y Derechos impulsamos distintas medidas administrativas colectivas destinadas a lograr la igualdad de nuestros niños y niñas en base al reconocimiento y aplicación de las normativas nacionales e internacionales vigentes”.

 

Las familias mutantes

Por Analía Daniela López

 “La palabra que en la actualidad mejor define a familia es diversidad; no tiene un significado único, esencial. Las personas somos plurales, diversas y las entidades que nos agrupan también”. Jorge Horacio Raíces Montero.

 

Editorial Espacio sacó a la luz el libro “Nuevas formas Familiares (Modelos, Prácticas, Registros)”. María Felicitas Elías fue la compiladora de los textos que debaten y problematizan sobre la Familia actual en la Argentina, en el marco del matrimonio igualitario y en los proyectos para promulgar una ley de identidad de género, e incluye autores y autoras como Javier Ugarte Pérez, Patricia Digilio, Graciela Plama Arizaga, Jorge Horacio Raíces Montero, Alfredo J.M. Carballeda, Lucas Rubinich y María Matilde Luna.

Desde hace un par de años, ya no se puede referirse exclusivamente a familia así a secas, hoy hay que hablar de familias monoparentales (con un progenitor como cabeza de familia), familias ensambladas (unión de familias fragmentadas con otras familias en la misma situación), familias homoparentales (encabezados por parejas del mismo sexo), familias extensas (se puede incluir dentro del círculo familiar a abuelos, tíos, primos) hogares unipersonales (constituidos por una sola persona), hogares encabezados por niños (frente a situaciones de fallecimiento de los padres, catástrofes naturales, genocidios); y a pesar de estas clasificaciones seguramente dejemos de lado otras formas de constitución familiar.

Hay varios factores que se pueden nombrar como causantes o detonantes de la crisis de la familia tradicional: crisis económicas, procesos políticos, la pérdida de autoridad de los padres sobre los hijos que se ve asociada a la pérdida del trabajo por parte del varón, la salida laboral de la mujer y el correlato de pedido de mayores derechos políticos, sexuales, económicos, entre otros factores que confluyen para generar nuevos reclamos de inclusión para aquellos sectores que no se veían identificados con el modelo imperante.

Por otro lado, el libro es una excelente respuesta para aquellas personas que tengan dudas sobre la adopción por parte de las parejas LGBT. En “Etimología de la diferencia”, texto incluído en el libro, Jorge Horacio Raíces Montero nos interpela con estas palabras “la dicotomía ha fenecido, así como la disociativa de género: mujer-varón. Se tiende a creer que por identificación con los “padres-padres” y/o “madres/madres”, los niños/as terminarán siendo también GLTTTBI ¿Cuál sería el inconveniente si lo fueran?”. A su vez, el autor agrega que lo único probado amplia y notoriamente, es que las familias heterosexuales producen hijos GLTTTBI (gay, lésbico, travestis, trangénero, transexual, bisexual e intersex).

La familia tradicional, tal y como la conocieron generaciones y generaciones se encuentra en un proceso de mutación que ya lleva varios años y que va acompañado del apoyo de gran parte de la sociedad pero que aún tiene muchos detractores y se enfrenta a debates casi diarios. Como expresó Lucas Rubinich en el texto que escribió para el libro “La familia como antihéroe: una mirada desde los jóvenes”: “En los procesos sociales, cuando – como sostiene la cita tantas veces repetida tantas veces – lo viejo no termina de morir y lo nuevo no ha adquirido configuraciones que lo conformen como tal, se producen fenómenos de desajuste entre disposiciones adquiridas que fueron productivas bajo determinadas condiciones estructurales y que inercialmente persisten, y esas condiciones y formas que se han ido modificando”.

El libro “Nuevas formas Familiares” es un aporte para pensar estos cambios, replantearse otros y generar más preguntas en un contexto familiar en Argentina que perdió su fisionomía clásica para meterse de lleno en cambios sociales, políticos y culturales que se produjeron en los últimos años.

 

 

Una fiesta de la diversidad

Por Revista Furias

 

El sábado 5 de noviembre, desde Plaza de Mayo hasta la Plaza de los dos Congresos se realizó la XX Marcha del Orgullo LGBTQ 2011 con la consigna “Por una ley de identidad de género ¡ya!”.

La marcha en la Argentina se festeja el primer sábado de noviembre en conmemoración del allanamiento al bar gay “Stonewall Inn” de New York ocurrido el 28 de junio de 1969. En esa oportunidad, la comunidad homosexual decidió dar pelea a lo que consideró un arrebato a sus derechos y luego de 3 días de revueltas la policía se vio obligada a retroceder. Al año siguiente, cerca de 10 mil personas se congregaron frente a las puertas del emblemático bar y marcharon por la Quinta Avenida hasta el Central Park, en lo que se conoció como la primera marcha del orgullo LGTB.

Una marcha que en nuestro país año a año convoca a más personas, en esta ocasión en particular la consigna principal fue el reclamo por una Ley de identidad de género, pero no bajaron las banderas de otras luchas históricas del movimiento lésbico, gay, bisexual y trans como ser la derogación de los códigos de falta y contravencionales, la modificación de la ley de discriminación para que no haya más crímenes de odio y acoso escolar, reconocimiento de hijos e hijas de parejas antes del matrimonio igualitario, educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir, entre otras tantas consignas que se originan dentro de los diferentes movimientos que integran la marcha.

Todo finalizó en una gran fiesta, pero sin perder el espíritu de congregación para una sociedad más justa e igualitaria.

 

Ph.: Florencia Di Tullio

 

 

 

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