Dossier especial: Explotación comercial sexual de niños, niñas y adolescentes en viajes y turismo

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Por Revista Furias


La explotación no tiene edad, ni sexo ni lugar

La vulnerabilidad social, la carencia económica, la situación de calle, entre otras muchas variantes, son factores donde se apoya el abuso de niños, niñas y adolescentes. Es además una situación por muchos conocidas, por otros tantos denunciadas y por muchos ignorada (o evitada).

Hay temas que son transversales, no se puede hablar de turismo sexual infantil, sin trata de personas, sin incluir a la prostitución, sin notar que es una relación de poder, de supuestos fuertes contra débiles, sin chocarse con una situación económica apremiante de las víctimas,  un descuido de las instituciones del estado, un sistema patriarcal que lo sustenta y, obviamente, no se puede ignorar la complicidad institucional que lleva a que estas situaciones sean relegadas, miradas de costado, hasta incluso toleradas.

Hay que hablar de víctimas y de victimarios, pero no por ello debe ponerse el peso de esa mirada únicamente en quien lo padece. Es un trabajo que implica todas las aristas del caso, es pensar en las responsabilidades, tanto explícitas de aquel que lo comete, como implícitas de aquel que lo tolera.

Así como dice el lema “sin clientes no hay trata”, hay que abogar lo mismo para la explotación comercial sexual infantil y adolescente: sin clientes no hay abuso, porque eso es de lo que estamos hablando.


Explotación infantil en viajes y turismo. Ojos que deben ver

Por Valeria Tellechea

Cuando hablamos del mal llamado turismo sexual en niñas, niños y adolescentes, si en adultas y adultos la situación es muy compleja, aquí los límites se desdibujan aún más. ¿Se puede hablar de redes? ¿Se puede hablar de organizaciones? ¿Existe dicho concepto? Muchos interrogantes, términos y demarcaciones de la problemática se tornan confusos, se desdibujan, se invisibilizan. Sumado a esta situación no podemos dejar de pensar, de olvidarnos jamás que estamos en presencia de niñas, niños y adolescentes, con todo el respeto y la responsabilidad que esta situación conlleva.

Desde el 2007, dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, la Brigada Niñ@s – Contra la Explotación Sexual Comercial, es un Equipo interdisciplinario conformado por psicólogas, trabajadoras sociales, sociólogas y politólogas. Carola Saricas, politóloga, es coordinadora de la Brigada Niñ@s y responsable del Área de explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes en viajes y turismo, perteneciente al programa “Las víctimas contra las violencias”, dirigido por la Dra. Eva Giberti. Junto a Bettina Esteban y Johanna Goldwaser Yankelevich, profesionales que forman parte de este equipo el cual, luego de pensar y repensar su finalidad, se encarga de capacitar a diferentes organismos, acompañar a las víctimas y sensibilizar a la sociedad en su conjunto.

Bettina: en un principio el programa se basaba en un trabajo de terreno, esto era salir a la calle a buscar la situación de explotación para su intervención, y por aquellos comienzos recorríamos la ciudad con personal policial en un móvil no identificable. Recorríamos las zonas que se consideran más vulnerables a esta situación como Retiro, Once, Constitución, Flores; sin embargo no pudimos sostenerlo porque nos dimos cuenta que, tanto la sociedad, como incluso las fuerzas de seguridad y la justicia misma no estaban formados en esta problemática, además que, esas situaciones que aparecían en las calles luego se escondían en privados, prostíbulos y bares. Era común escuchar frases como “pero si es una prostituta chiquita” o “ya tiene 17 años”, además que las víctimas tampoco reaccionaban de manera positiva, aunque hemos logrado en varias oportunidades transmitirles y que puedan comprender que son víctimas y que están expuestas a varios riesgos.

Hacer visible lo oculto

Hay varios aspectos por los que, tanto Bettina como el Equipo entienden la falta de preparación ante estos hechos. Uno de ellos, sino el más importante, es la invisibilización.

Johanna: lo que refiere a la explotación sexual comercial tiene que ver con esta instancia de intercambio monetario en especias o mercancías donde se supone que la víctima se encuentra en una situación de intercambio aparentemente entre pares y, en algún punto, la tolerancia social en relación a estos hechos se mantiene por el sostenimiento de esta mirada patriarcal en cuanto a la prostitución adulta como aceptada o tolerada y se la traslada a la mal llamada prostitución infantil directamente, sin mediación legal. Y es allí donde se invisibiliza, donde la víctima además no se reconoce como tal, por eso el trabajo es aún mayor.

El turismo y las redes

Luego de la crisis de 2001 el turismo en Argentina creció debido a la devaluación del peso. En el caso de la Ciudad de Buenos Aires, espacio en donde trabaja la Brigada, comenzaron a salir a la luz ciertas situaciones, más específicamente en el puerto de la ciudad, con la llegada de cruceros, donde se “ofrecían” a niñas y niños, situaciones que fueron denunciadas. Como Johanna explica, estas circunstancias son un corrimiento dado desde el Sudeste Asiático a países del Caribe y Brasil, en menor medida. En Argentina, se daría en formas ocasionales, esporádicas y regionales, aunque no existen, aún, estadísticas nacionales al respecto.

Carola: estamos hablando sobre los casos que conocemos, los que nos han contado en relación a las supuestas redes. Éstas, no son visibles o masivas, sin embargo, los turistas, sin estar dentro de ninguna red, que puedan estar por un viaje de negocios o placer y que, dentro de ese viaje se le presente una posibilidad con un niño o niña que está en clara situación de vulnerabilidad, a quien ve en un subte, en un tren, en calle, y puede aprovecharse de eso produciéndose así la situación de explotación sexual. En ese caso no hay regente, ni intermediario, pero sí tolerancia en cuanto a las complicidades indirectas del resto de la sociedad.

Johanna: en turismo sexual, el cliente también está invisibilizado por la propia externidad, de venir de otro país hacia uno en donde, en este punto, las legislaciones son más blandas y saben que su anonimato se sostiene, y esto es un indicador fuerte que genera un agravante en este tipo de delitos, una persona que viene de afuera, con cierto poder adquisitivo, etc. Lo que complejiza aún más la tarea.

La sutil legalidad

Frente a esta realidad, todas coinciden en que la sensibilización y la capacitación son pilares fundamentales para poder desarrollar el trabajo. En el ámbito judicial y policial, la tarea es más urgente y necesaria pues son los primeros estadios que actúan en pos de sancionar al cliente y ayudar a la víctima.

Carola: hay un gran problema a nivel judicial en cuanto a la configuración del delito, es muy común que sea mal configurado, como si fuera un abuso sexual. Cuando apareció la Ley de Trata en el año 2008 lo concebían de esa manera pero al no saber cómo caratularlo terminaba sin la sanción ni la punibilidad que correspondía a este cliente, que tendría que ser sancionado por corrupción de menores y no por abuso o por trata o por facilitación a la prostitución. Hay mucha incoherencia e inconsistencia de cómo configurar este delito que es tan particular y específico. Nuestra sociedad sigue poniendo el ojo sobre la víctima y esto hace correr la mirada de aquel que prostituye, del cliente, de los regentes, de los intermediarios, pero no por ello el delito es menor.

La Brigada Niñ@s posee una línea que trabaja las 24hs. los 365 días del año que brinda atención a las víctimas de explotación sexual comercial de niñas, niños y adolescentes. Cualquier persona y/u organismo puede comunicarse para realizar denuncias, donde la Brigada acompañará dicho proceso. La línea es gratuita y actúa en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires.

0800-222-1717

El turismo que marca la diferencia

Por Valeria Tellechea

Dentro de la problemática de la explotación comercial sexual de niños, niñas y adolescentes en contextos de viajes y turismo tenemos varios organismos que la trabajan, que aportan a su lucha para su difusión, concientización y erradicación. Dentro de este contexto, es importante no dejar de lado una de las puntas más significativas para trabajar en pos de un cambio de paradigma y es, justamente, aquello que lo caracteriza: el turismo.

Luis Grünewald es docente e investigador de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y Consultor especializado en Seguridad Turística y Hotelera de la Organización de Estados Americanos (OEA). En un trabajo mancomunado, interinstitucional e interdisciplinario, ha comenzado a pensar la problemática desde una mirada de la seguridad turística.

¿Cómo se inicia este trabajo?

Durante los años 2008-2011 en el marco de la Secretaria de Extensión Universitaria hemos desarrollado un proyecto denominado “Universidad, Gobierno y Empresa” uno de cuyos ejes analizaba la problemática de seguridad turística. Dentro de dicha problemática, existe una temática que trata la seguridad de las personas, que engloba, entre otras, dos grandes temas: por un lado la trata de personas, por el otro lado, lo que llamamos explotación comercial sexual infantil de niños, niñas y adolescentes. Con el desarrollo de este proyecto hemos notado que, tanto los organismos públicos como los prestadores de servicios no estaban dispuestos a tratarlos porque, si lo tuviéramos que sintetizar, la respuesta más común era “te espanta el turismo”. Pero como la problemática existía y existe, y hay que trabajarla, tuvimos que repensar la conceptualización. De llamarlo turismo sexual infantil pasamos a explotación comercial sexual de niños, niñas y adolescentes, y hoy el análisis de la temática en los organismos de turismo se trata a través  de los Códigos de Ética y de Conducta. Es una manera “linda” como suele decirse, en relación a la comunicación del tema.

Desde la UNQ y las instituciones y organismos que la acompañan, las dos problemáticas se trabajan desde cuatro grandes ejes: la información, la prevención, la sensibilización/concientización y la educación, a fin de que sean conocidos, visibilizados y erradicados en las empresas y en los destinos turísticos.

¿Cuál es el trabajo específico y en qué se basa este Código de Conducta?

Hay dos grandes organismos internacionales que son los más importantes en este sentido, uno es la Organización de Estados Americanos (OEA) y el otro es la Organización Mundial del Turismo (OMT) que trabajan la temática complementaria e individualmente. El proyecto del Código de Conducta nació como una iniciativa de la OMT, Ecpat Internacional (red mundial de organizaciones e individuos que se dedican a enfrentar a la explotación sexual comercial de niños y adolescentes, incluyendo a la explotación de niños y adolescentes en pornografía, prostitución y trata) y un grupo de operadores de turismo escandinavos, desarrollada tanto en países emisores como receptores, con la participación y el compromiso de la industria turística para desestimular y sancionar la explotación sexual comercial de niñas, niños y adolescentes asociadas a viajes y turismo. La OMT ha elaborado también el Código de Ética y a su vez ha hecho programas específicos para tratar la problemática que inicialmente, como dijimos antes, se llamó turismo sexual infantil para luego cambiar la denominación para hacerlo más accesible y que produzca un menor rechazo en el sector turístico y en los prestadores de servicios. La OEA, por su parte, ha venido trabajando sistemáticamente la problemática de la Trata de personas y el Turismo sexual infantil  también en lo que respecta a las políticas comunes en todos los países de América, fundamentalmente en América Latina. Hay una serie de recomendaciones que ambas instituciones vienen implementando, con diversos alcances, para avanzar en las campañas de concientización, de capacitación, de formación de formadores, de producción de material técnico y académico que pueda ser utilizado por entidades educativas y por los propios prestadores turísticos. Desde el punto de vista específico del Código de Conducta, se realizan reuniones periódicas en el MINTUR para la elaboración de acciones específicas. En este caso, siendo el espectro tan amplio, la virtualidad nos ha permitido un mayor alcance, estamos en estos momentos insertándolo en el “Sistema informativo preventivo de seguridad turística que llevamos adelante  la UNQ con el patrocinio de  la OEA e instituciones públicas y privadas relacionadas a la actividad turística, es un sitio web especialmente diseñado para analizar y difundir las problemáticas relacionadas a la seguridad turística.

Visto que desde hace pocos años que se trabaja, ¿considera que es una nueva problemática?

La problemática se viene trabajando en la OMT desde hace más de una década. Lo que ha cambiado es que anteriormente el tema se trataba de forma cerrada, no se difundía masivamente a sabiendas que es un problema mundial. Se ha generado hoy una masificación de la información, una divulgación mucho más amplia y, por ende, la toma de conciencia de las comunidades en relación a no rechazar el tema sino entenderlo y trabajarlo en el contexto en el cual se da para que de esa manera se cree la necesidad de su prevención, de su información, a fin de disminuir y combatirlo como delito.

¿Se puede hablar de redes? ¿Cuál es el caso particular de Argentina respecto a la problemática?

En el caso de la Trata de personas y la prostitución, además del accionar como red del crimen organizado la problemática se presenta de manera individual, casual o buscada y cualquier persona puede caer en esta situación. Se sabe que es una problemática que tiene espacios geográficos identificados pero ante la carencia de datos específicos o denuncias específicas y sin una fundamentación estadística y de diagnóstico integral no podemos visualizar la situación actual de nuestro país en el sector de turismo. Sí podemos decir que se habla mucho más del tema, que hay políticas de Estado, que debemos avanzar desde nuestro lugar más que nada con los prestadores de servicios turísticos, crear una nueva cultura, un cambio de hábitos y costumbres, en síntesis, una lucha por erradicarlo.

El artículo N° 2 del Código Ético Mundial para el Turismo establece: “La explotación de seres humanos, en cualquiera de sus formas, especialmente la sexual, y en particular cuando afecta a los niños, vulnera los objetivos fundamentales del turismo y constituye una negación de su esencia. Por lo tanto, conforme al derecho internacional, debe combatirse sin reservas con la cooperación de todos los Estados interesados, y sancionarse con rigor en las legislaciones nacionales de los países visitados y de los países de los autores de esos actos, incluso cuando se hayan cometido en el extranjero.” Sensibilización, educación, cooperación, legislación. Quizás de esta manera podamos realizar ese cambio de paradigma para conseguir, finalmente, la diferencia.

La Secretaria de Extensión Universitaria de la UNQ a través del Proyecto “Universidad, Gobierno y Empresa” trabaja para sensibilizar a la comunidad educativa sobre la Explotación Sexual Comercial de Niñas, Niños y Adolescentes conjuntamente con la Brigada Niñ@s del Programa “Las Víctimas contra Las Violencias” del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación y realiza desde hace el año 2010 una Jornada anual de “Trata de personas”. También la UNQ es una institución Adherente al Código de Conducta Nacional para la Protección de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescente del MINTUR con el cual está llevando un conjunto de acciones especificas como la Campaña en la reciente Copa América 2011.

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