Por Camila Parodi
Allá íbamos miles de mujeres diversas, en permanente movimiento por las rutas del sur, Bariloche nos esperaba. Mujeres buscadas, cruzadas y ansiadas. Mujeres atravesadas por distintas realidades, pero aún no encontradas. Mujeres contagiando intriga y llenando paradores, terminales y estaciones de servicio.
Mujeres TODAS, campesinas, lesbianas, rebeldes, trabajadoras, indígenas de distintos lados. NOSOTRAS, mujeres curiosas, que nos buscamos una vez más para unir nuestras voces en un solo grito.
Y así fuimos llegando a Bariloche, entre arco iris, lloviznas y cenizas; entre banderas, mochilas y cantos, que inquietan y llaman la atención de vecinos en barrios, colectivos y escuelas. Pañuelos verdes, lilas y multicolores que se enredan en una urdimbre de cruces de sonrisas, miradas y abrazos. Acá estamos, “es la necesidad y la firme decisión de discutir y avanzar en nuestros derechos, quien garantiza una vez más la realización de los encuentros” en los que participamos miles de mujeres, éstas SOMOS.
Más de 45 talleres se produjeron simultáneamente a lo largo de la jornada, donde desde el debate, el consenso y el intercambio conocimos experiencias y nos hicimos conocer. Particularmente se podría rescatar en este XXVI Encuentro Nacional, la horizontalidad y la tranquilidad con la que se llevaron a cabo los talleres donde todas tuvimos la posibilidad de expresarnos sin prejuicios ni violencias.
Los más concurridos, como desde hace ya bastante tiempo fueron “trata de personas”, “violencia sexual” y “mujer y aborto”, una vez más las mujeres de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito y las miles de mujeres que nos manifestamos en los encuentros y en las luchas cotidianas por su despenalización y legalización, denunciamos y expresamos que es “el aborto legal, una deuda de la democracia” y es de suma importancia su rápido tratamiento en el Congreso; pero también cabe resaltar que esta vez fueron protagonistas talleres antes no tan concurridos, como “mujer e identidad”, “acceso a la tierra” y sobre todo “mujer originaria” particularmente por la incidencia de población mapuche en la zona pero también por la participación de mujeres movilizadas de otros lugares, reclamando su derecho a la tierra y repudio a las diversas represiones y asesinatos producidos en estos últimos años. Más de 500 mujeres participamos de ese taller el día sábado insistiendo en la importancia del encuentro para “unir comunidades y desde ahí hacernos presentes para luchar”, las diversas comunidades tuvieron su espacio para expresar sus problemáticas y experiencias, llegando a la conclusión de que cuando las mujeres estamos JUNTAS y nos encontramos, “podemos lograrlo todo”.
Entre las conclusiones de los talleres, las charlas, la radio abierta, las compartidas de mates, las recorridas por las ferias de organizaciones y los trueques del domingo por la tarde las mujeres, como en todos los Encuentros Nacionales, nos unimos y manifestamos en una calurosa marcha, expresando que ESTAMOS y visibilizando en cantos, banderas y escarches todas las injusticias denunciadas a lo largo del encuentro y en nuestras distintas luchas. Otra vez, y a pesar de todo, distancias, cenizas y costos, 18 mil mujeres les hicimos el encuentro.
Y así volvemos, una vez más, mujeres encontradas, conectadas, enredadas que se despiden para el próximo año encontrarse en un nuevo destino, Posadas, Misiones. Una vez más, las mujeres volvemos a nuestras plazas, casas y camas revolucionadas, con las suficientes energías cargadas para continuar con esta incesante lucha por nuestros derechos en la repetida búsqueda de “un mundo donde quepan todos los mundos”.
Y así volvíamos una vez más miles de mujeres conectadas, enredadas, encontradas…
… transitando kilómetros y kilómetros por las tierras lejanas de nuestro sur.
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