Juana Azurduy. Tierra en armas que se hace mujer

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Por Revista Furias

 

Heroína y patriota guerrillera de la independencia del Alto Perú. Admirada por líderes como Simón Bolívar y Manuel Belgrano. Nació un 12 de julio de 1780 en Chuquisaca (hoy Sucre). Luego de la muerte de su esposo, Manuel Ascencio Padilla, Juana Azurduy asumió la comandancia de las guerrillas que conformaban la denominada Republiqueta de La Laguna, por lo que es honrada y reconocida tanto en la Argentina, como en Bolivia.

Durante su infancia aprendió el quechua y el aymará. Trabajó en el campo y en los quehaceres hogareños, lo que le permitió relacionarse con los campesinos e indios.

Tras la muerte de sus padres, su crianza y la de su hermana Rosalía, Juana quedó a cargo de sus tíos. Su adolescencia fue conflictiva por el permanente conservadurismo de su nueva casa, por lo que será enclaustrada en el Convento de Santa Teresa. Se rebeló contra la rígida disciplina y promovió reuniones clandestinas, donde conocerá la vida de Túpac Amaru, Micaela y Sor Juana Inés dela Cruz, lo que la llevó a la expulsión a los 8 meses de internada.

De regreso a su región natal, conoce a Melchor Padilla, quien la acerca a su hijo Manuel Padilla, su futuro marido, quien compartió con Juana su conocimiento por la Revolución Francesa, las ideas republicanas, la lucha por la libertad, la igualdad, la fraternidad. También se sumarán a sus lecturas los nombres de Castells, Moreno, Monteagudo.

En 1810 se incorporó al Ejército Libertador de Manuel Belgrano, que quedó muy impresionado por el valor en combate de Juana; en reconocimiento a su labor, Belgrano llegó a entregarle su propia espada. Juana y su esposo participaron en la defensa de Tarabuco, La Laguna y Pomabamba.

Durante el Éxodo jujeño Juana fue una de las heroínas que luchó junto al pueblo cuando Belgrano ordenó quemar todas las viviendas, haciendas y propiedades, para que al llegar los invasores realistas encontraran la tierra arrasada.

Juana vio morir a cuatro hijos. Mientras se encontraba cursando su quinto embarazo combatió, el 2 de agosto de 1814, con Padilla y su tropa en el cerro de Carretas. Luisa Padilla, su quinta hija, nace junto al Río Grande. Simultáneamente queda viuda en la Batalla de Villar.

Azurduy decidió dirigirse a Salta a combatir junto a las tropas de Güemes, con quien estuvo tres años hasta ser sorprendida por la muerte de éste en 1821. Decidió regresar a Bolivia pero recién en 1825 logró que el gobierno le otorgue cuatro mulas y cinco pesos para poder regresar. En ese año se declaró la independencia de Bolivia y el mariscal Sucre fue nombrado presidente vitalicio. Este le otorgó a Juana una pensión, que le fue quitada en 1857 bajo el gobierno de José María Linares.

Murió el  25 de mayo de 1862 en la provincia argentina de Jujuy, en la más completa miseria. Fue enterrada en una fosa común. Sus restos fueron exhumados 100 años después para ser guardados en la Casa de la Libertad en la Ciudad de Sucre.

 

 

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