Las enfermeras y enfermeros también somos profesionales de la salud.

Las enfermeras y enfermeros también somos profesionales de la salud.
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Por el Colectivo Identidad Marrón

En esta pandemia, nuestros temores sociales más profundos se despiertan, así también la esperanza en que el sistema de salud pueda dar abasto para lo que se viene, detrás de eso surgen en algunos lugares del país los aplausos para los médicos o “los profesionales de la salud”. Lo que nos lleva a recordar que en Argentina hay aproximadamente 193.000 personas que trabajan en enfermería, muchas de ellas son primera generación de ingresantes al sistema universitario o terciario, 165.000 son mujeres, y debemos remarcar que en CABA desde noviembre del 2018 el personal de enfermería no forma parte de los profesionales de salud, sino que es entendido como un administrativo sanitario.

Ilustración de Flora Nómada.

Cuidarse y exigir material para cuidarse es un pensamiento recurrente en estos días, el temor a ser transmisores con sus familias siempre estuvo ahí, porque su trabajo es de riesgo, pero ante el #COVID19 este se hace una constante, y se le suma a ello las múltiples denuncias del personal de enfermería por el faltante de camisolines, hidro repelentes, barbijos n95, antiparras, guantes de nitrilo, botas hemorrepelentes, implementación de normativas acorde a la circunstancia en algunos casos hasta alcohol y detergentes.

La atención de la pandemia que tenemos ante nosotros, será en gran parte, contenida por manos de mujeres, muchas de las mismas siendo el único ingreso familiar, gran parte siendo primera generación de personas que pudieron acceder a estudios universitarios y terciarios, mujeres de sectores populares en donde la desigualdad, el racismo y la pobreza son una constante, y no debemos olvidar que gracias a esas mujeres y hombres, cuando pase la tormenta estaremos de pie, tampoco debemos olvidar que ganan por abajo del salario mínimo, ni que no tienen estatus de profesionales de salud, tampoco de que las pandemias siempre hacen mayores desastres en las clases populares donde la desigualdad maximiza la vulneración de cualquier situación.

Tampoco debemos olvidar que son sostén de familia, que los aplausos no llevan comida a la mesa y que tenemos una deuda pendiente con sus salarios justos, la inclusión como profesionales de salud (Ley 6035 en CABA), en todo el país y el resguardo de su salud con material de bioseguridad.

Ilustraciones: Flora Nómada.

#IdentidadMarrón

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