Línea 137: cuando la escucha se hace cuerpo

Hoy se estrena en la plataforma web Cinear y en CinearTV Línea 137, el documental que pone en primer plano el trabajo cotidiano que realizan quienes integran el programa “Las víctimas contra las violencias”. Con dirección de Lucía Vassallo y guión de Marta Dillon.
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Por Sofía Espul y Valeria Tellechea

A partir de hoy se estrena en la plataforma web Cinear y en CinearTV Línea 137, el documental que pone en primer plano el trabajo cotidiano que realizan quienes integran el programa “Las víctimas contra las violencias”. Con dirección de Lucía Vassallo y guión de Marta Dillon, este trabajo nos adentra en el día a día de las y los trabajadores de la línea y sus intervenciones directas en conflictos de violencia machista, sexual e intrafamiliar. 

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En charla con Lucía, Marta y protagonistas del documental, profundizamos en cómo intervienen quienes trabajan en la línea 137, el camino recorrido para documentarlo y un resultado que nos habla directamente a todes. En esta particular coyuntura, las violencias machistas no dejan de aumentar y dejan al descubierto, de cruda forma, todo el camino que aún falta recorrer en estas luchas. 

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El camino del documental

A Lucía Vassallo le llega la propuesta del guión a sus manos en 2016, un trabajo de investigación que ya tenía realizado Marta Dillon. Allí comienzan a trabajar sobre la Línea 137, con el foco puesto en sus operadores. Lucía comienza el proceso de documentarlo con equipos que también necesitaron rearmarse dada la complejidad del trabajo a realizar, en donde acompañaron a profesionales de CABA y Chaco en más de 50 intervenciones de violencia familiar.

Lucía Vassallo

¿Cómo surge este trabajo?

Marta Dillon: la investigación nace de mucho antes de que naciera el programa. La tensión está puesta en las trabajadoras y trabajadores de la línea porque me parecía que era importante que se replique y conozca el Programa para que se vea cuál es la cocina de la violencia. Fue una decisión estratégica mostrarlo desde les operadores para contar la violencia machista, queríamos mostrar cómo lidian con esto, cuál era su vida cotidiana; no mostrar victimas para no estigmatizar y que queden clavadas en ese lugar, además de  mostrar y acompañar la escucha y a quienes están en el terreno para generar empatía y a la vez también impotencia, donde surgen todas estas preguntas abiertas que tenemos que contestar entre todes. ¿Qué pasa cuando terminan las intervenciones? Todavía hay un vacío que hace falta llenar en donde el Estado y la sociedad es responsable, como actores conjuntos para salir de los círculos de violencia.

Lucía Vassallo: los hilos conductores son las trabajadoras y trabajadores de la línea porque quisimos mostrar que su trabajo es vertiginoso, improvisan mucho, son creatives. Además quisimos mostrar que la violencia machista interviene en todas las clases sociales, generacionales, pero sobre todo son mujeres. 

Marta Dillon

¿Cómo fue el proceso de filmación?

Lucía: fueron en total 6 semanas intercaladas, éramos cuatro personas en el equipo. Hemos tenido que incluso rearmarlo ya que hubo personas que no se querían exponer a situaciones graves y peligrosas. Les trabajadores de la línea 137 hacen guardias de 12hs., no fue fácil hacer ese seguimiento. Hubo también situaciones de tener un agresor cerca armado, de tener que salir con chalecos antibalas… intentamos transmitirlo de esa manera, aunque fue más leve en la película de cómo lo vivimos.

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¿Por qué tiene ese ritmo tan vertiginoso el documental?

Lucía: tratamos de tener hilos conductores, mostrar desde que surge el llamado hasta que se hace la intervención. Nos interesaba ver cómo se desarrolla el caso, por eso se hace vertiginoso el ritmo. Filmamos en total unas 50 intervenciones y luego hicimos una selección intentando contar que es una problemática que atraviesa a todas las clases sociales, distintas franjas etáreas, a niños y niñas. 

Marta: nos interesó dar cuenta en particular del ritmo del documental porque ese es el ritmo al que trabajan les operadores de la línea. 

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¿Por qué no aparecen casos de personas trans u otras identidades?

Lucía: no fue una decisión, realizamos un total de 6 semanas de grabación intercaladas entre CABA y Resistencia y no se presentaron casos de personas travestis o trans.

Marta: hay que pensar también que las personas travestis y trans no acceden a estos recursos porque las instituciones les están negadas.

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¿Cómo fue la filmación para les operadores?

Liliana Parlatto: en lo personal, me pareció muy extraño, como psicóloga no es normal que haya testigos internos en las intervenciones, no dejamos que nadie esté salvo la familia más directa.

Adrián Stefanelli: sí, es raro, al menos al principio, pero se generó un ambiente cómodo y lo importante es que quienes relataban sus casos no se sintieron observadas ni incómodas y dieron consentimiento antes de hacerlo. Frente a la cámara uno repiensa como habla todo el tiempo, pero te vas familiarizando con el microestudio que se arma, fue una experiencia positiva, dejó aprendizaje y está bueno mostrar nuestro trabajo ya que es necesario que el Estado intervenga cada vez más. El lazo con compañeres sostiene este trabajo, es importante remarcar que cuando se filmó había muchas adversidades por la coyuntura política, es necesario defender este espacio como política pública, que tenga más repercusión, que se repiense que llegue a todo el país.

Lucía: hay que resaltar que la calidad humana con que afrontan estos temas les trabajadores es increíble.

El día a día de la 137 y el contexto de pandemia

La línea 137 es parte del programa Las víctimas contra las violencias, dirigido por Eva Giberti, un programa federal que actualmente solo tiene intervención directa en seis localidades del país: CABA, Resistencia (Chaco), y en las localidades de Posadas, Garupá, El Dorado y Oberá (Misiones). El documental registró aproximadamente 50 intervenciones que realizan los grupos de profesionales de dos de estos espacios donde se brinda el servicio -CABA y Resistencia-, con el fin de asistir y acompañar a distintas mujeres, adolescentes y personas mayores que sufren violencia de género.

Liliana y Adrián son parte del equipo que le pone el cuerpo en CABA y quienes también pusieron el cuerpo en el documental. Su trabajo es intervenir en situaciones de urgencia y emergencia a través de una brigada móvil -la mayoría de las veces acompañades de personal policial-,que se traslada hacia donde se encuentra la persona o personas víctimas de violencias. Ofrecen contención y articulan con otras instituciones tales como el SAME, la OVD (Oficina de violencia doméstica), fiscalías y juzgados. En este contexto de aislamiento social obligatorio, la atención y las resoluciones de las situaciones de violencias se han visto también afectadas y nos hace poner el foco en reconsiderar todas las aristas sobre los métodos, el papel del Estado y las instituciones, y también de la sociedad en su conjunto.

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¿Cómo es el trabajo ahora durante tiempos de cuarentena?

Liliana: En este contexto se está replanteando todo, porque todo el mundo puso la mirada acá. Siendo trabajadora de la línea y militante feminista tuve la sensación que cuando todo esto empezó, de que ese monstruo iba a estar ahí, en lo primero que pensé fue en esa presencia permanente del agresor y me produjo una gran angustia. Se pone en cuestión lo cotidiano, por ejemplo, la exclusión del hogar es un tema, muchas veces no soportamos los tiempos de la justicia. ¿Qué pasa cuando la mujer logra la exclusión del hogar del agresor pero queda en esa vivienda con toda la familia de él? Creo que esto nos tiene que llevar a pensar que el Estado debe tener otros recursos. Se deben repensar los mecanismos del Estado para hacer efectiva la ayuda, el después es también el principal problema, ahí hay muchas preguntas que quedan sin responder.

Adrián: seguimos atendiendo, pero los recursos son mucho más limitados ya que el Programa en general sufrió un gran empobrecimiento en los últimos años. En cuanto a la pandemia, contamos con menos equipos y profesionales para una demanda mayor y más compleja. Las instituciones reducen la atención, por ejemplo la OVD cuenta con menos personal y solo toman casos que consideran de alto y altísimo riesgo. Las particularidades de las situaciones son distintas, hay mayor tensión en los hogares y menos recursos. Nos pasan por arriba la cantidad de víctimas y la falta de recursos.

¿Cómo es el rol de la policía en las intervenciones?

Liliana: Hubo mucho trabajo con nuestra presencia, por momentos nos odiaban, les molestábamos, muchas batallas en relación al cuidado de la víctima. Dentro de la escuela de policía, Eva Giberti impulsó una materia obligatoria y ahí las cosas empezaron a modificarse porque ya sabían cómo intervenir. Luego la Policía Federal dejó de prestarnos colaboración y ahora es la Policía de la Ciudad, quienes están convencidos que saben lo que hacen y muchas veces sobre-intervienen. Fue como volver a empezar en una metodología que ya teníamos aceitada. Ahora están un poco más cuidadosos, la dificultad está en la doble intervención. Nos estamos llevando un poco mejor, pero siempre hay tensiones. Muchas veces le hacen mala traducción a los jueces por desconocer como es el caso, ahí vemos que hay malos entendidos. Pero me parece que ha evolucionado bastante, ahora se cuidan mucho y saben que  tienen nuestra presencia permanente.

Adrián: Hubo cierto corrimiento, antes intervenían sólo en casos de violencia sexual. Yo empecé en violencia familiar y ahora con la fusión de equipos y la pérdida de la especificidad -federalización del programa-, estamos haciendo todos todo, eso marca también cómo fue precarizado nuestro trabajo. En CABA cambia como intervienen según sea violencia sexual o familiar, pero nos tenemos que valer de la policía. En el 2010 nos decían “no entren, es una pelea de pareja”, ahora esperan a que tomemos contacto. La presencia del programa regula bastante y son auxiliares de nuestra intervención.

Marta: Hay que tener en cuenta que la violencia machista es social, la policía en su rol cotidiano es machista.

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¿Y en cuanto al rol de la Justicia?

Adrián: desde nuestra intervención lo que hacemos es abrirle el acceso a la justicia a la víctima, pero lo que vemos es que está bastante fragmentado; cuando se dicta una medida no es suficiente para la realidad que atraviesa esa persona, a veces se da solo un papel que dice que no se puede acercar y nada más. Después depende mucho de los recursos que tenga la víctima lamentablemente ya no todas pueden tener patrocinio legal.

Liliana: sigue siendo muy patriarcal, muchas veces desconocen cómo es la ley, es la suerte del juzgado que te toque, hay muchas fiscales que se ponen el caso al hombro, pero no son todos. Por ejemplo, con los casos de violaciones nos citan a juicios como testigues y ahí vemos muchas fallas, la justicia es un lugar para preguntarse de nuevo por el rol que debe asumir el Estado. Hoy en día depende de la víctima que tiene que insistir, hay un equipo de seguimiento en el programa, si ven que les faltan recursos se acompaña a esa persona, hay un grupo de abogades que retoma los casos y hace seguimiento pero son recursos muy limitados ya que solo son cinco para todo el equipo.

Adrián: hay juzgados que tipifican las situaciones como violencia de género pero también hay otros que caratulan como lesión 89, igual que si dos tipos se pelearan en la calle. Por eso también es tan importante este espacio y este documental, porque es un reconocimiento para todo el trabajo que se hace desde la línea y es deseo nuestro poder defender este espacio como política pública.

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El estreno del documental en esta coyuntura

Línea 137 se estrena de una manera particular debido a la coyuntura de la pandemia, y podrá verse a través de las plataformas virtuales que provee el INCAA. Los días 16 y 18 de abril a las 20 horas se podrá ver en CinearTV y luego estará disponible de manera gratuita en la plataforma Cinear Play desde el 17 al 24 de abril; a partir del 30 de abril se conseguirá en alquiler.

Según cuentan les realizadores, tenían pensado estrenarlo en el mes de marzo, en el contexto del 8M pero la coyuntura hizo que no fuera posible. El INCAA posibilitó estas vías de difusión y fue una decisión en conjunto no demorar el estreno dada la situación frente a la escalada de femicidios que siguen ocurriendo. Creemos que es un momento muy particular para presentar cómo es un modelo de intervención, nos dice Marta Dillon. Una vez que las salas de cine vuelvan a abrirse al público, el documental esté algunas semanas más en cartelera. 

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FICHA TÉCNICA

 

Línea 137 

(Argentina, 2020) 82 min. 

Documental Calificación SAM13 

Distribución Compañía de Cine 

Directora Lucía Vassallo / Guión e Investigación Marta Dillon / Producción Pensilvania Films / Productores Facundo Escudero Salinas, Nicolás Münzel Camaño y Lucía Vassallo / Producción Ejecutiva Nicolás Münzel Camaño / Coproducción UNTREF Media / Jefatura de Producción Inés Vera / Dirección de Fotografía Fernando Marticorena / Dirección de Sonido Mariana Delgado / Montaje Martín Blousson / Música Original Juana Molina / Reparto Liliana Parlatto, Adrián Stefanelli, Marcela Gómez, Macarena Toribio, Eva Giberti.

Atención a víctimas de violencia familiar. Línea 137
Cualquier persona que sea víctima o tenga conocimiento de una situación de violencia familiar dentro del ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires puede comunicarse las 24 horas los 365 días del año de manera gratuita.
 

Nota: esta conferencia de prensa fue realizada de manera virtual. Agradecemos la disposición del equipo documental, a les operadores de la línea 137 y a la participación/colaboración de varios medios en la construcción de preguntas de la presente entrevista.

#Linea137eldocumental

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