¿Quién limpia la casa de la limpiadora?

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Entrevista a la Colectiva de Trabajadorxs Organizadxs de casas particulares

Por Valeria Tellechea y Sofía Espul


Una pregunta disparadora que se hizo alguna vez Nancy Fraser* da cuenta de la invisibilidad de uno de los trabajos más antiguos, que ha ido mutando en nombre pero sosteniendo sus lógicas a lo largo de los siglos. Criada, doméstica, el personal de servicio, la chica de la limpieza, la que ayuda. Fraser reflexiona acerca de cómo las condiciones de vida de las mujeres están vinculadas, se cuestiona si es compatible ser feminista y tener una empleada de limpieza, el trabajo de cuidados, jornada full o part time, su valor social, mal pago y hasta gratuito, y realizado mayoritariamente por mujeres.

Más allá de una reflexión de quien reconoce sus privilegios y, en un momento en que el movimiento feminista y el propio Estado está dando la discusión sobre los trabajos de cuidado que hacemos las personas feminizadas -discusiones que en su mayoría se dan en ámbitos académicos o que no suelen representar las voces de quienes le ponen el cuerpo todos los días a estas labores-, la Colectiva de Trabajadorxs Organizadxs de casas particulares se reúne para tener voz propia y dar pelea por sus derechos y los de sus compañeres que realizan una de las tareas feminizadas peores pagas y con menos regulación de derechos en el mercado laboral.

En el marco de la conmemoración del 8 de marzo como el Día de la mujer trabajadora, entrevistamos a representantes de la Colectiva, quienes comenzaron a reunirse para hacer visible su trabajo, dar voz a sus demandas e interpelar desde adentro al movimiento feminista que, al mismo tiempo que las contiene, suele reproducir las mismas prácticas explotadoras.

La Colectiva se autoconvoca desde mediados del año pasado para evidenciar opresiones compartidas, situaciones de explotación que se repetían, prácticas naturalizadas al interior de un trabajo que, al hacerse puertas adentro, quedan silenciadas e invisibilizadas.

Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), solo en Latinoamérica, más de 18 millones de personas trabajan en casas particulares, donde el 93% son mujeres que llevan adelante esta tarea y el 77% lo hace en la informalidad, cobrando la mitad de los salarios medios de estas economías. Las mujeres profesionales contratan servicios de mujeres pobres y amplifican las brechas entre ellas mismas; en donde las blancas de centros urbanos tienen mejores oportunidades y empleos que las campesinas, las indígenas, las migrantes y las mujeres negras.

Aly tiene 45 años y vive en Morón. Trabaja desde que tiene 13 años con cama adentro. Ahora solo trabaja en casas de compañeres feministas. Es la punta de lanza, la que inició toda esta lucha. Jess tiene 34 años y es de Temperley. Ha tenido su primera experiencia limpiando casas cuando era adolescente. Hace un año comenzó a trabajar en casas particulares. Se define como la gestora, quien logró reconocer esa habilidad que plasma en su compromiso militante. Sam tiene 42 años, es de Morón pero ahora vive en Merlo. Da clases de danza y es la artista del grupo. Joha también vive en Merlo. Estudia Historia y trabajaba cuidando personas para pagar sus estudios y mantener su casa. Comenzó el año pasado a sus 23 años en el “trabajo doméstico” porque era, incluso, más redituable que las tareas de cuidado. Es la que logra sintetizar las ideas y es, según sus compañeras, “la que mejor habla”.

De ahora en adelante, llamaremos a cada trabajadora con las siglas A , B , C y D .

Ph: Sofia Woszezenczuk

¿Cómo comienzan a nuclearse?


A: estos últimos cuatro años macristas fueron súper difíciles, las que éramos pobres y parias imaginate que quedamos indigentes. Yo me llamaba así porque, en definitiva, el INDEC decía que si no ganas tanta plata, sos indigente. Y yo lo era. Decidí con mucho dolor, pena y vergüenza, volver a buscar trabajo en casas particulares. Antes trabajaba con la autogestión y era más fácil hacer la plata, podía vender, militaba y vivía bien.

Después de volver a trabajar de esto empecé a pensar qué pasa dentro del feminismo donde yo pensé que iba a estar apañada, sostenida, incluso trabajando en la casa de alguna compañera, me encontré que no era tan así. Entonces mi dolor, mi vergüenza, para mí fue peor. Si me siento apañada y sostenida dentro del feminismo, ¿por qué en algunas cuestiones y respecto a mi trabajo no? ¿Por qué siento vergüenza de hacer lo que hago? No recuerdo si lo compartí en Facebook o qué, pero de repente a otra le pasaba lo mismo.

B: a mí lo que me pasó es que, al compartir muchas de nosotras grupos de militancia y activismo, empecé a ver varios ofrecimientos de limpieza. Había un montón de pibas que vos te dabas cuenta que hacía uno o dos años que estaban trabajando y que trabajaban de otra cosa y era la falta de oportunidades, también en una economía quebrada en lo comunitario. Todo eso a la clase más baja nos mató. Yo doy clases de arte también y fue lo primero que cayó. Y veía que eso pasaba también en el feminismo, que la gente laburaba re bien y de repente no tenían oportunidades. Eso me llamó la atención y creo que a todes nos pasó. Y encima nos dimos cuenta que no teníamos representación en ningún lado.

C: esto nace por una cuestión de individualidades, es mi caso personal pero también es lo que lamentablemente sucede. Muchas terminamos haciendo este laburo porque quedamos en la calle o en pampa y la vía porque teníamos machirulos como pareja y tuvimos que salir a rebuscarnos como pudimos. La mayoría de las pibas que laburan de esto pasaron por lo mismo, pibas que tenían una casa, un marido, un estilo de vida en donde “no hace falta que vos trabajes”, “no es necesario”, “yo me siento mal porque estoy deprimido y necesito que vos estés en la casa” y te comen la cabeza con eso. Y cuando te separas te das cuenta que no te dejaron estudiar, no pudiste trabajar, no podes progresar porque una vez que te independizas ya vas a querer otras cosas y te vas a ir de la casa. 

A: somos sobrevivientes de violencia, eso es lo que somos. 

C: somos eso y después vas a laburar a casas en donde saben de dónde venimos y nos violentan con estas pequeñas cosas como ni siquiera darte de comer. Nosotras no tenemos ni cinco minutos para salir a fumar un pucho. Venimos de la violencia y nos siguen violentando en nuestros trabajos. 

B: Hay una gran deshumanización de le otre limpiando, de le otre que te cuida a tus hijes.

D: a mí lo que particularmente me movió fue que hace rato vengo pensando que cómo puede ser que somos un movimiento, somos la cuarta ola y de repente te das cuenta que no hay nada que esté hablando del trabajo doméstico, de los trabajos de cuidado, de todos de esos trabajos que son los más precarizados y explotados. Y me pasó de empezar a leer un poco de la teoría, cómo fue que llegamos históricamente de trabajar en la fábrica y de repente empezamos a trabajar en este formato de familia en donde la mujer se queda en la casa, cuida a les hijes, alimenta, provee de sexo y acompañamiento psicológico al marido, donde estamos diosas pero no tan diosas para evitar la mirada de otro hombre. Y me pasaba eso, ¿cómo puede ser que me sienta tan sola trabajando en esto y haya al mismo tiempo tanta gente haciéndolo? Mi vieja pasó por esto, mis vecinas también, gente a la que fui a cuidar trabajó también cuidando otras personas, entonces era pensar como puede ser que dentro del feminismo no haya una voz para esto. 

Todo esto que es la modernidad o esta etapa contemporánea en donde salimos a trabajar afuera, quedó un montón de trabajo dentro de la casa que se tenía que seguir haciendo y lo tenemos que seguir haciendo. ¿Qué pasa con ese trabajo? ¿Lo hacemos nosotres? ¿Contratamos a alguien más? Entonces desde la virtualidad empezar a pensar qué pasa si les trabajadorxs de casas particulares nos empezamos a nuclear y empezamos a hablar. Lo primero fue acordar una tarifa, porque antes veías que por $100 la hora había gente que se ofrecía a laburar, ver a compañeras autoexplotarse por necesidad. Y que las busquen porque cobraban mucho menos también.

B: yo no le puedo decir al gasista “mirá, yo te puedo pagar…” 

A: en definitiva y en síntesis, nosotres somos quienes sostenemos la economía de los hogares, quienes ayudamos a la compañera a emanciparse y a poder salir a militar, a trabajar, a estudiar y a expandirse. Gracias a nuestros cuerpos existe esta militancia que se ve en las calles, que sale en la tele, en Rial y en todos lados. 

Como pusimos en el comunicado que fue malentendido en la asamblea por el 8M, no solamente venimos a hablar por nosotres sino también por todas nuestras madres y abuelas que no están politizadas, que están invisibilizadas, que forman parte de los muebles de las casas de las blancas y burguesas, nosotras venimos a alzar la voz por ellas.



A partir de estas experiencias personales y que alguien se animó a plantear todas esas preguntas comienzan a juntarse, a reunirse. ¿Cómo fueron estos primeros encuentros?


C: apañarnos también, nos apoyamos mutuamente, nos juntamos y traemos ropa para recircular, productos de limpieza, si hay una compañera que no tiene para la sube, se la cargamos. Nos pasamos laburo, priorizamos quién está más urgida. Todes estamos en la misma, pasamos las mismas penurias, desde el vaso de agua o los cinco minutos que no te podés tomar hasta tener miedo de pedir el bono para que no te echen. Me pasó que por primera vez me pagaron el aguinaldo y lo primero que hice fue ir a contarles y compartir esa alegría. 

A: festejamos cada registración, festejamos cada trabajo bien pagado, cada tarifa aumentada, esas cosas son logros impresionantes. Lo primero es que somos fan cada une de nosotres mismes, es amor, es confianza. 

C: cada una tiene su lugar y es importante, nadie es indispensable, pero las tareas están bien repartidas para que todas nos sintamos parte de la colectiva, estamos todas arriba. Lo tomamos así, es parte de nuestra vida, yo me voy a dormir pensando ideas.

D: es abrazarnos, lo que suele pasar desde la mirada social es que las empleadas domésticas no estamos bien vistas, nos criaron diciendo estudia porque vas a terminar limpiando casas. Ahora estudio mientras limpio casas, torcí un poco mi destino.

B: es empoderarnos. Una de las chicas que también está estudiando y le gusta su trabajo, plantea la idea de profesionalizarlo. Hay que saber cuidar una casa, organizar las tareas, cuidar niñes. Si limpiaste toda una cocina pero te quedó un pedacito de un limón todo tu trabajo queda invalidado, es una falta de respeto y le robaste la plata. Lo ven cuando está hecho mal, no lo que hiciste. La persona que no limpia tiene una buena empleada, la heladera no se le ensucia nunca, los muebles no los limpia nunca, no ven todo lo que conlleva que un lugar esté impecable, solo ven que no limpiaste arriba del aire acondicionado.

Ph: Sofia Woszezenczuk

Con respecto a esto que mencionan acerca del tarifario y lo que estipula la ley…


B: lo que determina la ley es un valor mínimo pero que en ningún lado establece que así lo sea, entonces quien te toma te dice que lo que te corresponde son $134 la hora. Entonces pensás, ¿cuántas horas tengo que trabajar? ¿14 horas por día para tener un sueldo que me permita vivir?

A: y no solamente eso, la ley sigue hablando de servicio doméstico cuando el 3 de abril se sancionó una ley que ahora se llama Trabajadoras de casas particulares. Y ese imaginario todavía se sostiene, para la gente somos eso, el personal de servicio doméstico. Nosotras no somos domésticas, es una palabra insultante. 

B: para mí el tema es empoderar a les compañeres. Pensar cuánto tengo que ganar para tener ese sueldo digno. Hay gente que trabaja 16 horas, con cama adentro donde no tenés horarios, que no te dejan de pedir cosas y ya trabajar 8 horas limpiando es muy duro. Quienes te emplean no suelen darse cuenta, o quizás no les importa. 

A: nos han contado que no solo no te dan de comer, hasta les han pegado a compañeras. Nosotras nos sentimos un poco privilegiadas porque tenemos un ojo político y nos plantamos y exigimos derechos y tarifas humanas, pero hay compañeras literalmente esclavizadas. Cuando yo tenía 13 años cama adentro, trabajaba 16 horas, hoy eso sigue pasando y en las mismas condiciones porque esa ley, que se sancionó en el 2013, no nos protege, nos paga tarifas de hambre, que esclaviza a las compañeras porque nadie controla lo que pasa dentro de las casas. Hace poco sacamos un comunicado para que después de las 3 horas trabajadas, la trabajadora tiene derecho a comer algo y a tomarse un descanso. 

C: Lo escribimos interpelando desde el lugar de no tenemos que decir esto, nos da vergüenza porque de verdad me da vergüenza ir a un lugar a trabajar y decir “¿tenés algo para comer?”. Lo tuvimos que escribir porque en la lógica de les empleadores no está contemplado nada de esto. 

D: el dinero a veces es un pretexto. No es que solamente nos cagamos de hambre con $134, sino que es una cuestión de que te respeto como trabajadore y te pago lo que tu trabajo se merece. Cuando lanzamos los comunicados lo hicimos con mucho miedo, sabiendo que posiblemente, podríamos perder el trabajo, incluso y lamentablemente dentro de los grupos militancia y activismo.


Es esto que comentaban antes, la extrema deshumanización por un lado y, al mismo tiempo, la carta del cariño, del afecto, del formar parte de la familia.


B: es que es una forma de manipular también porque para la otra persona vos no sos su familia, si fueras familia y sintieran realmente el aprecio, te pagarían mejor. En vez de cambiar las cortinas, pagale mejor a la empleada. 

A: es la señora que está hace muchos años en la casa, que es como de la familia, pero resulta que no está registrada, que tiene que trabajar un montón de horas porque no le alcanza, porque en realidad el fin de pagar poco es ése, que la señora esté muchas horas en la casa entonces a mí me sirve. En una de las casas en la que entré a trabajar, fue porque la mujer que estaba trabajando ahí desde más de dos generaciones, estaba enferma y de hecho murió en un hospital sin estar registrada, sin beneficios de absolutamente nada. La que era de la familia. No ayudamos, trabajamos. No somos parte de la familia, trabajamos. 

C: y cuando vos te plantas y pedís un derecho te echan y encima te dicen que sos una malagradecida porque te trataron como si fueras de la familia, te dieron trabajo, te dieron una bolsa con ropa, te dieron juguetes, te dieron ollas que no usaban, te dieron restos de comida, pero le pedís un bono porque laburas hace mucho y sos una malagradecida, ahora sin trabajo. 

D: el tema es que nuestro trabajo no se reconoce como trabajo, por eso también pasa lo que pasa, porque si realmente aceptaran que esto es un trabajo, sería uno de los más caros porque cuidar a las personas implica un aprendizaje, que sí lo aprendemos en la sociabilización, a cómo lavar un plato, cómo cocinar arroz, cómo cuidar a un nene.

A: en esas cosas se basan el ser queridas o no. Recuerdo que cuando era chica mi mamá le mostraba a los demás que sabía barrer, que sabía fregar la ropa… me tenía que sentir orgullosa de saber hacer esas cosas. 

C: ¡ya te podés casar!

A: por eso después cuando tenemos relaciones violentas nos pasa que pensamos que no nos esmeramos, que no fuimos lo suficientemente buenas. Mirá como está relacionado nuestro trabajo con la violencia doméstica y la violencia familiar. Por ejemplo, vamos a trabajar a una casa de una pareja heterosexual, más allá de las percepciones de género, pero donde se sostienen estas dinámicas, alguien que provee y alguien que maneja lo doméstico. Entonces nosotres vamos a emancipar a la persona que cumple el rol patriarcal, sea varón, sea lo que fuera. Nuestras voces molestan, incomodan, no es solamente que venimos a pedir por nuestros derechos, venimos a contar un montón de cosas que pasan dentro de los hogares que hasta ahora, con el pañuelo en el Congreso, no se estaban contando.

D: ¿cómo es vivir con un aliado? Yo trabajé en casas en donde quien me recibía era un él dentro de la pareja y quien me pagaba, no sé de dónde venía la plata, pero yo iba a trabajar en su tiempo libre y siempre me surgía la pregunta de ¿por qué si tiene este tiempo libre no puede organizar su casa? ¿Qué mejor que une misme para hacerlo? ¿Será esto también parte del patriarcado? Tranquilamente con el dinero que a mí me pagan pueden ir a cenar, al cine, pueden contribuir entre dos a organizarse y distribuirse las tareas del hogar. Incluso me ha pasado que me digan cómo hacer mi trabajo gente que no limpia (risas).

A: hay algo que tiene que quedar en claro, nosotras no estamos de acuerdo en que exista este trabajo, pedimos derechos, registración, lo que se merece cualquier trabajadore que cumple este rol, pero no quisiéramos que exista.

D: ahora hay todo un debate muy fuerte en relación al trabajo sexual, y nos surge esta pregunta, si el trabajo sexual es algo que está muy ligado a los cuerpos feminizados, estas tareas son también ligadas a los mismos cuerpos. ¿Por qué no se problematiza tanto el trabajo “doméstico” y el trabajo de cuidado como el trabajo sexual? 

B: para mí en lo personal, pensar que no tendría que existir es una utopía muy grande, entiendo que es un laburo muy pesado y que tiene que estar muy bien pago. 

Ph: Sofia Woszezenczuk

¿En qué les ha beneficiado la ley 26.844


A: la ley está hecha para beneficiar al empleador. Solo el 20% está registrada, el 80% continúa trabajando sin registración. Y ese 20% está mal registrado porque no están en la categoría que corresponde. 

Necesitamos jerarquizar nuestras tareas porque, por ejemplo, según la ley la categoría más baja es la de tareas generales y, paradójicamente, es la que más te explota. Después viene la categoría de cuidado y la de cocineres y encargades, algo como un ama de llaves. La mayoría está registrada en la categoría más baja y contempla cocina, cuidado, limpieza general, planchado, paseo del perro… entonces necesitamos jerarquizarlo porque no es lo mismo la limpieza general y el mantenimiento que la limpieza profunda, el orden que la limpieza, y así sucesivamente. Además si trabajan más de 12 horas suelen estar registradas por menos cantidad, no se pagan horas extras, no hay fondo de desempleo, no hay vacaciones, no hay bonos, la obra social no es para el grupo familiar, no tenés antigüedad. 

C: y no hay abogades que te tomen estos casos, porque es por chaucha y palitos.

A: pero porque encima es muy difícil tener pruebas de lo que pasa puertas adentro.

C: estamos solas.

B: y muchas veces te callás la boca.

A: porque somos invisibles, somos parte del mobiliario de la casa, ni siquiera te saludan. No suele pasar esto en casas de compañeras feministas pero en la mayoría de las casas que no son feministas, ocurre todo el tiempo. La persona que limpia no existe. Mirá si va a decir algo, porque a nadie le importa.

C: ¿sabés lo difícil que es decir “che, te tengo que aumentar 20 pesos la hora”? porque vos eso lo tenés que hacer cara a cara, no hay ninguna paritaria que dice cuánto y cuándo te van a aumentar, nadie que lo controle, sos vos la que está negociando tu laburo con alguien que no considera que ese laburo sea lo que vos consideras. Y es una cagada porque claro, como yo sí estudié, sé cuánto puede valer mi trabajo, pero como vos no estudiaste entonces por 500 pesos te tenes que arreglar porque sos pobre, sos negra, no tenés otra cosa, sos una planera y encima querés que te registre. Lo que más nos duele es que a veces estas situaciones vienen de compañeres militantes. Es muy difícil ese cara a cara, tenés que tener mucho coraje y estar muy empoderada, hay que remarcar constantemente esa falta de empatía.


¿Y qué pasa con la salud?


B: En una de las últimas casas donde trabajé, me pasaron mil cosas los días que me tocaba laburar, me lastimé arreglando mi casa, otro día me enfermé, fallece mi tía… ¿no tenemos derecho a enfermarnos o a que nos pasen cosas? Si vos no trabajás, no cobrás.

D: yo he ido a trabajar enferma -y todas coinciden-; hacía el cálculo: tengo 4 casas y gano $500 en cada casa, tengo $2000 en la semana y con eso tengo que pagar la luz, poner plata para la comida en mi casa, para lo que estoy estudiando y me quedan $100 para moverme; entonces no puedo faltar porque me va a quedar menos. Y todas hacemos esas cuentas todo el tiempo.

B: Si trabajás en una fábrica y no hay luz te mandan a tu casa pero el día te lo pagan, no te dicen hoy no cobrás porque no hay luz, porque vos fuiste y cumpliste.

A: no tenemos esos derechos reconocidos.

C: a mí el año pasado, me agarró una depresión que no podía levantarme de la cama. Me pasó solo en una casa en la que tengo empatía con la dueña de decirle no me puedo levantar de la cama. Estoy deprimida y perdí plata por estar deprimida, las pobres no tenemos la suerte de poder llamar y decir mandame médico porque no me puedo levantar de la cama porque la vida me cae encima, porque los pibes me abruman por equis motivo; como puede hacer cualquier persona que tiene un trabajo registrado, donde te mandan médico y cobrás ese día igual. Nosotras no vamos a laburar un día y tenemos que pensar que esa semana vamos a tener menos plata. A la semana la depresión se me tuvo que ir mágicamente porque tenía que facturar.

A: y así terminamos, locas, con los cuerpos destruidos, desequilibradas. Yo no puedo trabajar más de 6 horas porque después quedo dos días en cama. Ya mi cuerpo no me funciona, tengo 45 años pero la movilidad de una persona de 70. 

Para acceder a la Obra Social del Personal Auxiliar de Casas Particulares (O.S.P.A.C.P.) deben tener un aporte mínimo de $1041.22, el equivalente a 16 horas trabajadas semanalmente. Si se desea incluir al grupo familiar, deben abonar el mismo valor por cada persona incorporada. 
Ph: Sofia Woszezenczuk

Cuando armaron el comunicado en el que hablan de un piso mínimo de salario, ¿tienen planteado una jornada laboral mínima?


D: Son cosas que todavía estamos hablando.

B: Tampoco tenemos tanto trabajo, la idea es que vos en un trabajo estés tranquila, en un trabajo de 6 horas realmente limpio como limpio mi casa, me tomo mi tiempo para hacer las cosas, si hago algo y me canso tomo un vaso de agua. Pero en general te dicen “haceme todo esto en 2 horas” y yo no puedo limpiar como el correcaminos. Hay que pensar que son cuerpos que se cansan, que tienen estados de ánimo, hay una durabilidad para este trabajo. Otra cosa es cuando trabajás cama adentro, tendrías que trabajar 8 horas. La persona cama adentro no solo limpia, tiene que también asistir, ¿no me preparás un té? Dale, ponete la pava eléctrica y te lo haces vos.

C: y te dicen “ah pero vos no gastas en alquiler, ni en comida, le mandás la plata a tu familia”.

D: también pasa eso, como en el caso de Pampita y su niñera, que la había invitado a su boda. Recién estamos comenzando a hablarlo, todas las asambleas y reuniones craneamos y aprovechamos mucho, creamos temarios.

B: hay una parte política, otra que tiene que ver con el trabajo, encuentros de mujeres… hay muchas cosas para construir, es empoderamiento laboral y colectivo, es político, donde estamos plantadas las mujeres cis y las disidencias con estos trabajos que son exclusivos nuestros. De hecho una vez preguntaron si pueden entrar al grupo hombres cis y nadie más dijo nada, quedó como y… no, no va a haber.

D: nunca terminamos con los temarios, ahora el 8M tenemos un montón de cosas de las que hablar: trabajo con cama o sin cama; buenas empleadoras; derechos; trabajar dentro y fuera de grupos de militancia y activismo; cómo hacemos para difundir esto; cómo hacemos para generar guita en enero y febrero que es cuando nuestros trabajos caen rotundamente. Yo pasé de tener 11 casas, a enero y febrero sobrevivir con 2 e ir viendo cómo resolvía las cuentas que pagar. Ni hablar de los que te despiden, o te dicen “me voy de vacaciones un mes”.

A: Si el empleador se va de vacaciones tiene que pagarte esos días y después vos podés tomarte tus vacaciones. Tenemos derecho a muchas cosas, a días por estudio, por enfermedad, pero no se cumplen y eso tenés que negociarlo vos todo el tiempo.

C: por ahí laburás una vez por semana en cada casa, entonces te dicen “¿justo el jueves que venís mi casa tenés que usarlo de día de estudio y yo soy el boludo que te tiene que pagar?” Es esto del poder que te da la plata, de que yo decido cuando te vas de vacaciones y que yo te pago y me voy de vacaciones en diciembre, y te las pago pero vos no estas de vacaciones… debería ser algo que acordemos con el empleador. 

B: acordamos una tarifa, si no podés pagar esa tarifa no me contrates pero no quieras regatearme para que yo te vaya a regalar mi trabajo. Te sentís como educando al empleadore. Entré a trabajar en una casa en febrero y hasta octubre no me subían el sueldo, me daba bronca tener que decirle yo, si a vos te aumentan el sueldo ¿no te acordás que tenés una empleada que también necesita aumento? ¿no tiene hijes esa persona, no viaja, no paga alquiler? Es la deshumanización de la persona que trabaja en tu casa.

C: porque nosotras somos parias y estamos acostumbradas a vivir en la pobreza, a bancarnos como podemos. Nosotras para la mayoría de las casas donde trabajamos somos las negras pobres, villeras, suena violento pero así nos tratan y así nos sentimos. Somos pocas las que podemos ir contentas a nuestros laburos. 


Y la mayoría de estos trabajos terminan de manera violenta.


A: sí, porque somos desagradecidas.

C: no tenemos derecho a progresar.

B: cuando dejas de trabajar después te hacen ir a la casa y te dicen “con esto se debe arreglar, total debe tener otros laburos donde también la explotan”. Si son de una clase media progre se hacen los boludos y después te dicen “¡qué vergüenza que no te registré antes!”

A: nuestro sindicato es un desastre, no defienden a nadie y como acá en Capital es donde más trabajo de este tipo hay, la gente como no quiere perderlo, no dice nada.

C: usan las mismas prácticas que las instituciones a las que vamos a denunciar violencia de género, es burocracia pura cuando en la realidad es urgente, porque somos las de más abajo.

Una cosa que me pasa con este laburo es que sé que no es el mejor del mundo y, si tuviese que elegir, no lo elegiría. Pero también me da cierta comodidad ya que puedo ir con mis hijes, puedo elegir los horarios, me da la posibilidad de maternar mientras laburo; sino no podría ser mamá, no podría hacer militancia. Duele que no pueden ver en mí una persona como elles, por esta elección que me maltraten y no me traten como una trabajadora, es inhumano. Ese doble discurso de sí compa empoderate en un trabajo que te pagan dos pesos y pocas veces podés estudiar o ir a la marcha. Tomando esta invisibilización es lo que nos motiva a seguir, todo muy lindo pero mucho vegano y sororo, glitter y salir a pelear… ¿por nosotras salir a pelear? pero nosotras te limpiamos el inodoro y no nos diste guantes. Somos compañeras si marchamos todas el 8M, registrame, valorá el laburo de las compañeras.


No hay lugar para el disfrute.


B: ni siquiera para enfermarse. Me enfermo y tengo que cobrar igual, he ido a trabajar a casas donde la persona estaba ahí enferma y yo salir de ahí también enferma; me contagiaste para que te deje la casa limpia. Tengo conjuntivitis, no voy a trabajar para no contagiar a tu hije pero no cobro el día. Todas las mujeres trabajadoras domésticas todo lo que tienen que aguantar, que han tenido abortos espontáneos porque tenían que trabajar y siempre teniendo en la cabeza que ese día no lo cobrás. Es una lucha que traspasa al feminismo porque es la última línea en precarización laboral, y encima no termina ahí porque tenemos que tener en cuenta a las personas trans.  

C: si el caso de Zulma Lobato, que la exprimieron mal y ahora está súper mal y nadie la ayuda.

A: nos infantilizan, hablan por nosotras.

C: hablan por nosotras, por una Colectiva. No puedo pretender que venga una antropóloga acá y hable por las empleadas domésticas, ¿me estás hablando desde la base? ¿Vos fuiste trabajadora de casas? ¿Qué privilegios tuviste para poder estudiar? Nuestra psicóloga fue empleada doméstica, la tenemos con nosotras porque lo vivió, nos acuerpamos desde las experiencias, no queremos a alguien que venga con un título. Nuestra militancia nace desde la base, somos feministas de base, populares, sabemos de vivir la violencia, de estar ahí. Cómo le pasó a Ali a los 13 años de trabajar cama adentro, a mí me pasó también; mi vieja me mandó a esa edad a laburar con un chabón, me subió a un bondi, yo estaba sola con él. No me pasó nada, pero ¿cuántas pibas pasan por eso? No puedo pretender que venga una estudiada a hablar por esa que fui yo a los 13 años, prefiero alguien que vivió eso conmigo, es el feminismo que te quiere explicar cómo ser feminista, o el machirulo que te dice “ah, no, esas no son las formas”.

Sandra Hoyos de Identidad Marrón dice que ella anda con todos los títulos que tiene en una carpetita para ir mostrándolos, sino la toman como la que viene a servir el café. Nos echan del 8M porque somos negras ignorantes.

D: la universidad reproduce todo el tiempo ciertas lógicas capitalistas, es una elite a la que entra cierto grupo. Incluso nos dicen, “capaz si estudiaran tendrían mejores trabajos”.

C: pongámonos la mano en el corazón: cuando te preguntan ¿de qué trabajas? ¿lo decís con orgullo? -nos pregunta a nosotras-. Generalmente cuando me dicen a mí, cuando me estoy queriendo levantar a un pibe y me dice ¿de qué laburas? es un garrón escribirle de limpieza por horas, te la re baja, es una patada.

D: te deserotiza.

B: a veces tengo que dar tantas justificaciones como si fuese que estoy haciendo algo malo.

C: porque nos hacen sentir vergüenza por nuestro laburo, por las condiciones que nos dan. Ellos mismos son los que les dan la categoría del laburo bajo, porque ellos no quieren hacerlos.


Es un trabajo feminizado que no tiene valor.


C: nos enseñaron que la mamá y las abuelas se quedan en casa, tienen que tener hijes y querer hacerse cargo de los 15 hijes, nuestro laburo es eso.

D: todas las mujeres tenemos que saber hacerlo y se desvaloriza justamente porque todas tenemos que saber hacerlo, tu trabajo no es tan especial como el de un ingeniero, un mecánico. Y como todas sabemos limpiar, no se valora. 

C: muchas veces nos pasa que recién en el lugar nos enteramos de las condiciones de trabajo, desde no tener guantes hasta destapar el baño. Es la falta de respeto para con nosotres, no decirnos las condiciones. 

Ph: Sofia Woszezenczuk

¿Cuáles son los objetivos que tienen a futuro?


D: hacíamos consultorías antes de prepararnos para el 8M. Asesorábamos a otres sobre cuáles eran sus derechos, dejarlas que cuenten sus historias y las aconsejábamos. La idea es seguir haciendo consultorías, que son aparte de las asambleas: ahí hay 3 puntos, 1-militancia, 2- cómo conseguimos trabajo y 3- estrategias para pedir un aumento. Además cuestiones como qué hacemos con una compa que no tienen trabajo, qué queremos, cuáles son nuestros objetivos, cuáles son los objetivos de quienes se quieren sumar.

B: hay que rotar porque somos de distintas zonas, del oeste, zona sur, vamos buscando las formas, las vamos evaluando, primero fue en un bar, o en plazas, en centros culturales.

C: en la plaza está bueno porque damos visibilidad, estamos abiertas a que se sumen compañeres pero teniendo en cuenta nuestras bases, tiene que tener en claro que es una colectiva de lucha, nos la ponemos al hombro. No es que viene a las asambleas, se lleva la información pero después cobra 150 pesos. La idea es que la colectiva se sume gente que tenga el mismo objetivo que es ayudarnos entre nosotras, empoderarnos, salir a la calle y ver que estamos plantadas, es militancia, le ponemos el cuerpo, yo tuve un día libre ayer y me quedé pintando la bandera, somos compañeres, estamos en ésta juntes.

A: no somos bolsa de trabajo. Venir acá hoy -a la entrevista- también es militancia.

B: hay un objetivo que trasciende lo individual, es hacer la revolución de las limpiadoras, de las fregonas. Yo creo que después de todo lo que hablamos cualquiera de nosotras dentro de la grupalidad podemos derribar los sistemas de opresión, el 80% de las que trabajan en casas no lo pueden hacer.

C: no pueden caracterizar la opresión, nosotras ya fuimos violentadas, tenemos ese recorrido, lo vivimos tanto en nuestro cuerpo, tanta violencia que no la soporté más y desde ahí hablo yo. No leí que hay chicas que están siendo oprimidas, yo fui oprimida, fui una madre destinada a ser ama de casa y me hermano e intento combatir, abrazarnos en que la vivimos porque estamos acuerpadas y en lucha.

***

El pasado miércoles 4 de marzo, la Colectiva de Trabajadorxs Organizadxs de casas particulares se convocó frente al Ministerio de Trabajo para acordar la paritaria, que impacte en un aumento en el valor de la hora trabajada. La negociación cerró arbitrariamente en un 10% de recomposición salarial, lo que implica que el valor mínimo que estipula la Ley sea menos de $148 la hora, que pasará a ser efectivo en el mes de abril. Habrá una próxima reunión el día 7 del próximo mes para continuar con la negociación. 

*Nancy Fraser es una filósofa y teórica feminista estadounidense. 

Algunas de las demandas de la Colectiva de Trabajadorxs de casas particulares:
➤ Seguimos cobrando $134 por hora según la tabla tarifaria que nos impone el Sindicato.
➤ Queremos un aumento acorde a la canasta familiar básica y que esté sobre la línea de pobreza.
➤ Exigimos que nos reconozcan el derecho a cobrar antigüedad.
➤ Reclamamos tener acceso a un fondo de desempleo cuando somos despedidas de nuestros trabajos. Recordemos que muchas trabajamos cama adentro y no tenemos dónde ir cuando somos despedidas.
➤ Queremos cobrar presentismo.
➤ Necesitamos una nueva jerarquización de nuestras tareas. 
➤ Queremos tener acceso a un refrigerio e indumentaria adecuada, incluso cuando trabajamos con retiro.

Ph: Sofia Woszezenczuk

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