Sin lesbianas no hay revolución

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Entrevista a Horda de lesbianas por el Besazo Chaqueño

 

Por Natalia Canova

Un día antes del día de la Visibilidad Lésbica, el seis de marzo, hubo un ataque lesbofóbico en Resistencia, Chaco. Hablamos con Sky, de la orga Horda de Lesbianas, para conocer un poco más acerca del Besazo que se organizó en repudio a este acto de violencia.

“Mirá, ésta es re torta”. Así comenzó el ataque lesboodiante que sufrió una adolescente en la capital chaqueña el seis de marzo. Eran tres varones contra una sola. Una calle muy transitada, la Avenida Sarmiento, cerca de la entrada del shopping. La agarraron, le pegaron con un cinturón, mencionaron su cuerpo no acorde a la hegemonía mercantil de la depilación. “Afeitate, sucia” y “avisale a tus amiguitas lesbianas porque las vamos a garrotear a todas” fueron los disciplinamientos que quisieron imponer sobre su cuerpo pero también sobre otras compañeras disidentes. De sus pertenencias no se llevaron nada: si quedaba alguna duda de que los ataques lesboodiantes ocurren, ahora queda despejado.

Cuando las organizaciones feministas y lesbofeministas chaqueñas se enteraron, comenzaron a reunirse en asambleas abiertas. Pero enseguida vino otro caso: una agresión a una alumna de la Facultad de Arquitectura, con insultos por torta y abortera. Sabían de antes y se confirmaba que no son casos aislados. “Hay una habilitación social muy grande a que estos  ataques sean llevados a cabo”, explica Sky, de la organización Horda de Lesbianas. “Y entendemos que viene por dos cuestiones: porque nos visibilizamos, y porque está avalado estatalmente. Tenemos conocimiento de que mujeres y compañeres en lucha están siendo reprimides y encarcelades a lo largo del país. Tenemos en claro que van a venir por nosotres. Sabemos que les lesbianas no somos mujeres y el peso que ello tiene, y que por eso la cisheteronorma está intentando aplastarnos. No se lo vamos a permitir”.

Lejos de acatar el disciplinamiento, la asamblea decidió hacer cuerpo la frase “Ninguna agresión sin respuesta”. Organizaron un besazo lésbico el 27 de marzo. “Creemos que organizar un besazo repercute hacia afuera y hacia dentro del movimiento/los movimientos” -explica Sky-, “hacia afuera porque, en un contexto en el que estos transeúntes leen que esta persona que circula con bermudas y pelo corto es torta y, además la agreden por ello, juntarnos y salir a la calle, tomar la calle, es un acto de resistencia. Besarnos en la calle. Estamos forzades a no ser vistes, entonces poder interrumpir la normalidad por unas horas y llenar la calle de tortas besándose, es una manera de hacerle saber a la sociedad que existimos, y que efectivamente nos besamos y nos amamos, y que tenemos la libertad de hacerlo en absolutamente cualquier lugar. Es dejarle saber que somos muches, que no estamos soles, y que no vamos a permitir que nos sigan atacando. Que las agresiones van a tener respuesta, que no aceptamos más la vergüenza. Y hacia dentro del movimiento, también plantear el beso político es repensar y deconstruir vínculos, volver a entender nuestro relacionarnos. Debatir y encontrarnos. Modificarnos”, concluye.

 

Tortas de acá, de allá y de todos lados

Pero estos casos no son nuevos. Sky nos cuenta que, pese a que hay varias agresiones de este tipo, muches no se animan a decirlo. Pero también que cuando se alza una voz se da un efecto en cadena donde otres se animan a decir, denunciar, juntarse y pensar estrategias. Incluso sucedió con el ataque en la Avenida Sarmiento: a esa persona era la tercera vez que le pasaba, pero la primera vez que lo anunciaba.

Horda de Lesbianas saben que no están soles. Su acción se replicó en Capital, en la casa de Chaco. Venían siguiendo el caso de Mariana Gómez, quien fue detenida y procesada por besarse en una estación con su esposa. “Somos conscientes de la importancia del desarrollo de redes, de poder hacernos eco, de generar comunidad y poder protegernos. Y es transformador”, explica Sky.

 

Lo que quedó del ENM

El Encuentro Nacional de Mujeres, Trans y Lesbianas tuvo lugar, el año pasado, precisamente en Chaco. Le preguntamos a Sky cómo repercutió esto en la militancia. “El Encuentro nos permitió, valga la redundancia, encontrarnos. Vernos, conocernos, sabernos, organizarnos, empoderarnos. Quedaron grupas conformadas y otras que se fueron juntando después. Fue un intercambio muy grande de realidades, y también un hackeo a la realidad de una provincia/ciudad pequeña y alejada del centro del país, días de mujeres trans lesbianas cis habitando las calles, colmándolas, debatiéndolas y defendiéndolas como espacio propio”.

Sky cuenta también que, cuando ocurrió el lamentable hecho en que, un día después del Encuentro, personas en moto echaban de la plaza con palos y piedras a aquellas participantes del encuentro que aún estaban por irse, les gritaban que “volvieran a sus provincias”. Eso les hizo dar cuenta que eran registradas como extranjeras. Foráneas de la norma. (Auto)exiliadas de la heteronorma. No cualquiera: la que no se somete, la que lucha, la que se organiza. La que de afuera se nombra como lesbiana, pero también como puta y abortera. Esto les hizo dar cuenta que, simbólicamente, Chaco es tierra hetero. Y por eso es importante lesbianizarla, para que se reconozcan (y se respeten) otras existencias posibles por fuera de heterolandia.

 

Cómo seguir

Lejos de un panorama desmoralizador, Horda de lesbianas sigue pensando cómo activar. Nos cuentan que “se están planteando actividades articuladas en conjunto con otras grupas, talleres de autodefensa, debates en torno al aborto, a las problemáticas de las disidencias en los barrios, de la violencia doméstica en los barrios, de infancias trans. Tenemos la intención de continuar visibilizandónos, habitando los espacios que nos corresponden y que deseamos habitar, defendiéndonos y empoderándonos”.

El cambio que hay que hacer es muy grande. Por eso tantos proyectos. Por eso tantas ganas pese a un mundo que parece estar todo el tiempo presente para intentar acallarnos, disciplinarnos, normarnos. Pero ante una agresión, una respuesta. Ante una amenaza, organización. Ante un intento de avasallarnos, más y más proyectos para buscar un mundo, al menos, un poco más justo.

 

Foto: Jorge Flores – Tomada del face de Horda de Lesbianas

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