Orgullo. Carlos Jáuregui, una biografía política

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Con la frente en alto: Carlos Jáuregui

Por Anahí Más

Entrevista a Mabel Belucci, feminista a favor del aborto y con firme posicionamiento Queer, editó su primer libro, una biografía política, como lo define ella, sin conocer si ese género existe o no. El libro nos cuenta la historia de Carlos Jáuregui, fundador y primer presidente de la Comunidad Homosexual Argentina –CHA- . Ella reconoce que la vida de Carlos fue un motor y una excelente excusa para hablar también de su propia historia de militancia.

 

¿Cómo fue el camino para elegir a Carlos Jáuregui para tu primer libro?

En realidad yo quería hacer un libro recordatorio a Carlos porque me di cuenta que se estaba olvidando o deshaciendo su figura, entonces le propuse a un grupo de amigos, entre ellos a Martín De Grazia, para que me ayudaran a escribir este recordatorio; Martín me propuso a cambio que escribamos un libro.
Me di cuenta que no me interesaba trabajar su historia biográfica sino su historia política, como activista. De una manera era también escribir sobre mi propia historia, ya que estuve involucrada durante el proceso de la pos-dictadura en adelante.

 

¿Cuál es el legado que a tu criterio dejó Carlos?

Uno de los más importantes que él dejó fue la visibilidad, lo tenía como una premisa fundante, tanto era así que fue uno de los primeros gays que se visibilizó como activista. Hubo otras personas pero él lo hacía como respuesta política, era “salir de closet”. Otra era la demanda de derechos, ya que durante los años 80 los movimientos de orientación sexual no tenían agendas propias, estaban muy cruzadas por las agendas de los Derechos Humanos. Un gran legado fue su estilo de intervención pública como el organizarse colectivamente; no existía un monopolio, ni una figura carismática que decía “yo hablo en nombre tuyo” sino todo lo contrario él inmediatamente lograba que quienes se acercaran formasen sus propios colectivos. Él siempre generaba espacios para que haya referentes, para que la voz circule.

 

¿Cómo ves actualmente al movimiento Lésbico, Gay, Travesti, Transexual y Bisexual de la Argentina?

Conocí a muchos de los referentes que en la actualidad están en circulación. Pero son otros escenarios históricos y cada escenario constituye subjetividades políticas particulares. Es difícil plantear las diferencias porque en el momento de Carlos estaba la implementación y las secuelas de las políticas neoliberales. Había un clima internacionalista que no se daba solamente dentro del movimiento de la comunidad sino en cualquier lugar de resistencia como los grupo de antiglobalización, el Movimiento zapatista, el autonomista en España y en Italia.
Es muy difícil prescindir del crecimiento de la comunidad sin ese escenario neoliberal que fue muy significativo, en ese entonces fue un clima bastante peculiar a nivel nacional e internacional. Por algo hay un cruce tan fuerte entre el movimiento LGTTB y las organizaciones de Derechos Humanos, los grupos de estudiantes, feministas y toda la diversidad que se cruzaba en la calle. Todo el tiempo estábamos manifestando contra las políticas neoliberales menemistas. Nunca tuvimos tanta visibilidad como en ese momento.

 

Los avances en lo jurídico(casamiento igualitario, ley de identidad de género, etc.) ¿se reflejan como un avance de conciencia en la sociedad?

Todos los debates ayudan, por ejemplo el debate sobre el casamiento igualitario trajo consigo la discusión sobre las sexualidades como tema político, de la separación de la Iglesia y el Estado y un ambiente político que permitió que se visibilice demandas que hasta el momento eran muy periféricas y de pronto se convirtieron en centrales. Todo aporta como manifestación cultural, de alguna manera no es lo mismo que yo te cuente cuántas mujeres mueren por aborto clandestino a que yo te diga “yo aborté”. La materialidad tiene sus efectos. Este es el gran avance de la visibilidad: que a una/uno se le reconozca un cuerpo, una historia, una palabra, una genealogía.
Específicamente con el debate sobre la Ley de Identidad de Género les sirve a la gente Trans, a todas las mujeres y a los colectivos que apoyan el derecho al aborto, las comunidades LGTTB y los varones antipatriarcales, porque nos damos cuenta que cuando alguien conquista derechos es para una mayor democratización y eso también nos sirve como rebote.

 

¿Por dónde crees que pasa en la actualidad la lucha por la igualdad de género?

Yo siempre milité en el feminismo por el aborto, no por otro tema. El tema de la igualdad tiene que ver con el derecho al cuerpo, a tener una sexualidad independiente a la reproducción, a decidir si quiero ser madre o no, un poco romper con la heterosexualidad obligatoria. Me parece que la demanda a favor del aborto va mucho más allá de las propias mujeres que son las más afectadas, es un tema muy ríspido y duro, no sólo para la Iglesia sino que también para los partidos políticos y para muchas figuras públicas. El aborto habla de pobreza, habla de desigualdad, habla de corporaciones económicas como son las médicas, habla de la intervención de la Iglesia en el Estado, habla de un Estado que coacciona y subordina en torno al derecho, habla de que una mujer tiene más poder sobre otra, y en definitiva, habla de lucha de clases.

 

Vos te definís como Queer, ¿qué significa?

Queer es una inscripción política para la lucha contra la discriminación, cualquiera sea ella.
Las identidades fijas son necesarias también para instalar debate. El posicionamiento Queer es romper identidades, es hacerlo transversal. Por ejemplo si apoyo la identidad de género ¿tengo que ser travesti? ¡No!, es una lucha política. Las travestis, si nunca van a quedar embarazadas, ¿tienen que levantar la bandera a favor del aborto? ¡Sí! Entonces es inscribir en las luchas que van en contra de la discriminación, misoginia y la homofobia. Es apropiarse como lucha política una identidad que capaz no tiene que ver con vos pero si tiene que ver en el campo de lo político. La heretonorma y el heterocapitalismo nos amontonan hacia un mismo margen.

 

¿Crees que este momento político de Latinoamérica y del país es propicio para debatir, para recuperar la memoria y generar una sociedad más igualitaria y justa?

A veces sí y otras no. Respecto con el trabajo de la Memoria hay un trabajo previo, es cierto que desde el gobierno se hace una apropiación y la gente joven cree que todo empezó ahora, y desconoce que desde plena dictadura militar se estaba luchando. Con esto no descarto las políticas de Estado, pero me hace ruido cuando se olvida la historia y la lucha de muchos y muchas.
Por otro lado, es muy tenso ver como los movimientos sociales se comprometen con el gobierno, cosa que genera muchas rispideces y debates. Es una situación a mirar y observar para no cometer los errores, como que casi todos los organismos de DD.HH. pertenezcan al gobierno. Después cuando tenés que hacer denuncias como QOM, aborto, el Indoamericano, los docentes en Santa Cruz, etc. eso hace estallar esta situación.

 

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