El sacrificio de Úrsula

Paren de matarnos. Por favor #justiciaporursula
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Carina Bisagno

El femicidio de Úrsula fue anunciado. Dieciocho denuncias contra su femicida anticiparon lo inevitable.

Su ex novio, un suboficial con carpeta psiquiátrica que avisó que la mataría, finalmente lo hizo.

Lo hizo frente a toda la sociedad. Frente a quienes no supieron, quisieron ni pudieron proteger a Úrsula. Frente a un estado que una vez más deja solas a las mujeres frente a la violencia.

Estamos asqueadas. Estamos hartas. Y lo escribo en femenino porque el género de estos femicidios se escribe en femenino. Porque los femicidios son contra las mujeres y porque el reclamo debemos dirigirlo ahora más que nunca a los y las legisladoras que no pueden mirar más para el costado.

Porque necesitamos leyes que nos protejan. Instituciones que cuando reciben a una mujer que denuncia a su agresor, se responsabilicen de tal denuncia de principio a fin. Personal policial calificado y que trabaje con perspectiva de género. Que no le digan a Ursula: “hoy es viernes, volvé el lunes”… porque esas 72 horas son a favor del agresor. Porque esa es la ventana por la que se cuela el lobo para comerse a Caperucita.

Pero cómo hacemos para que esta sociedad enferma y violenta respete la vida de las mujeres? Cómo hacemos para subvertir un orden de cosas que se sostiene en parámetros misóginos, violentos, sexistas y patriarcales que organizaron históricamente esta sociedad y que siguen sosteniendo las estructuras jurídicas y las instituciones de la nación.

Hace pocos días vimos cumplido un sueño de muchos años, de muchas décadas, de mucha militancia: el aborto es legal en Argentina. Por fin. 

Por fin, se valora el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos, por fin se nos reconoce el derecho a la reproducción voluntaria y responsable. Por fin se nos reconoce como sujetas de derecho, con todo lo que eso significa.

Ahora tal vez sea hora de que se nos reconozca un derecho anterior. El de la vida. Parece una obviedad, pero no lo es.  Vivas nos queremos reza el slogan. Ni una menos. Ni una más. Cuántas más deben sacrificarse? ¿Cuántos cuerpos más de mujeres violentadas deberemos ofrecer ante el altar del patriarcado? ¿Quién será la última? ¿Cuánto falta? 

No nos callamos. No nos doblegamos. No justificamos ni perdonamos. Exigimos que el Estado argentino proteja la vida de las mujeres. Sin metáforas, sin medias tintas.

El “derecho a la vida” es lo que estamos exigiéndole al estado argentino. A una vida libre de violencias de todo tipo. Al cumplimiento de la Ley 26.485 en todas sus formas. Cumplimiento efectivo e inmediato de la ley.

Es urgente.

Ilustración: camialdabe.art

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