Le viste la cara a Dios. Un concepto de nuestro dolor

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Por Nadia Beherens

A más de dos años de su debut literario con “La virgen cabeza”, Gabriela Cabezón Cámara publicó su segundo libro. Se trata de una adaptación libre para adultos del cuento “La bella durmiente”.

“Le viste la cara a Dios” es la historia de Beya, una prostituta del Conurbano que está privada de su libertad. La autora, editora de la sección Cultura del diario Clarín, hábilmente inscribe su cuento en el contexto actual en el que comenzó a ser mediatizado el delito de la trata de personas.

El relato está construido en segunda persona a modo de “flujo de conciencia”, mezclando un lenguaje actual, coloquial, bonaerense, urbano, con retazos de un lenguaje literario, metafórico y eufemístico. El pensamiento que escuchamos a través de la voz narradora usa como recurso agotar la violencia verbal, para describir a su vez el plano físico, volviéndose un modo de  acercarnos al dolor, inmutable y sereno de su protagonista.

¿Cuál es la cara de Dios? En un valle de insultos y violencia el lector percibe que las posibilidades del ser humano dependen de los prejuicios de los otros.

¿A dónde va nuestra cabeza al ser esclavizados? ¿Cuál es el mecanismo de salvoconducto que adopta nuestro cerebro ante la tortura? ¿Cómo continuar después de haber vivido en condiciones infrahumanas? En pocas páginas, este cuento se atreve a asomar una respuesta.

Puede adquirirse de una manera novedosa e interesante a través de la editorial española Sigueleyendo, quién propuso una colección en la que participan varios autores y autoras. El sitio permite la descarga por un euro en formato electrónico, quedando el 50% del valor en manos del autor.

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